El delantero Mario Mandzukic protagonizó el empate entre Croacia e Italia (1-1), en un partido disputado a puerta cerrada en Split y que asienta a los balcánicos como líderes de del grupo H con 14 puntos, seguidos por los italianos con 12.
A excepción de los primeros 20 minutos, los croatas no lograron imponer su juego, lo que en parte puede explicarse por la ausencia de su mejor jugador, el madridista Luka Modric, y por el hecho de que el duelo tuviera que jugarse a puerta cerrada.
Ambas selecciones echaron de menos a varios de sus más destacados jugadores, los croatas a Modric y los italianos al joven delantero Simone Zaza, y ambos combinados jugaron sin sus mejores defensas, el croata Vedran Corluka y el italiano Giorgio Chiellini.
El partido, que se jugó sin espectadores debido a una sanción impuesta a la Federación Croata por las consignas pro-nazi y el lanzamiento de bengalas en partidos anteriores, estuvo marcado por un escándalo.
Alguien había dibujado en el césped una esvástica, que los organizadores se esforzaron por borrar durante el descanso.
En lo deportivo, el delantero Mario Mandzukic, del Atlético de Madrid, fue el protagonista de las principales acciones del primer tiempo.
Mandzukic se encargó de tirar un penal cometido sobre Srna. Pero en el minuto 7 el portero italiano Gianluigi Buffon adivinó la dirección del disparo y desbarató la oportunidad.
Poco después Mandzukic se redimió al marcar en el 11 el primer gol para Croacia, tras una asistencia del barcelonista Ivan Rakitic, aprovechando cierto despiste de los italianos durante las protestas por un gol anulado a Stephan El Shaarawy por fuera de juego.