En Rajatabla, el trabajo y la imaginación no duermen y ahora tiene otro espectáculo, dirigido por Pepe Domínguez y con el soporte de los alumnos del TNT, el cual espera espectadores
El bateador emergente, para decirlo en léxico beisbolero, del grupo Rajatabla es Pepe Domínguez, reconocido actor, director, dramaturgo y periodista. Él ahora ha puesto en escena la pieza venezolana, “Sócrates, taxista” de Héctor “Moncho” Castro. Y hará temporada en la sede de la institución desde el 17 de junio.
Pepe admite que siempre se está yendo y siempre regresa al seno rajatablino. Ha perdido la cuenta de esas huidas y sus retornos. “No sabría decírtelo, pero son muchos. Me embarqué y desembarqué varías veces de este buque insignia que es Rajatabla y le fui infiel unas cuantas veces con otros proyectos muy significativos en mi carrera como fueron Autoteatro, El Ateneo de Caracas o el Teatro San Martín. Pero eso sí, siempre fui rajatablino aún antes de estar en la nómina de la institución porque desde el año 1981, en que trabajé como periodista para el Festival Internacional de Caracas, se ató un nudo de comunión estética con Carlos Giménez muy profundo. A eso se sumó mi amistad con pilares de la institución como Pepe Tejera, Francisco Alfaro, Daniel López y más tarde con Raúl Brambilla. Ha sido un viaje largo con grandes tormentas pero enormes satisfacciones. Y aquí estoy de nuevo”.
Subraya que él no sabe porque insiste en apuntalar al grupo Rajatabla y más en estos tiempos de crisis. “Sinceramente no lo sé; quizás algún cordón umbilical no cortado y mira que lo he intentado poniendo mi renuncia definitiva varias veces sobre la mesa o desapareciendo durante meses sin explicaciones, pero siempre una llamada de Carlos o de Paco o ahora de William López me hacían ver que estaba tatuado el espíritu rajatablino en mis vísceras y que esa marca es imposible de borrar”.
Locura deliciosa
Pepe explica que en estos momentos ha montado una de las obras ganadoras del Concurso de Dramaturgia Rajatabla, creado por Francisco Alfaro y Gerardo Luongo hace unos años. La pieza es “Sócrates, Taxista” de su buen amigo Héctor “Bongo” Castro. “Una locura deliciosa con un montón de personajes desquiciados, que me permite jugar y experimentar con diferentes géneros teatrales al mismo tiempo, y a la vez indagar con lo que ha sido mi experiencia en la institución”.
Puntualiza que “Sócrates, Taxista” nos presenta la estampa de un rincón del país. “Es, como dice su autor, la triste y célebre historia de una esquina, donde perro come perro y en donde por unos pesos te pueden joder. En esta esquina se pasean jíbaros, homicidas, choros, putas y maricos, donde hay dos líneas de taxis que se disputan a sangre y fuego un lugar para trabajar. Ambas líneas dicen tener razón, pero lo que sí hay en esta contienda es mucha mezquindad, alevosía, miseria y traición. Una historia de contrariedades donde también hay una de amor, de goce, pasión y dolor. La obra dibuja a un país, nuestro país, pero lo hacemos no desde una visión trágica, sino cómica, amena, a ratos absurda, porque es la única manera que tenemos de sobrevivir al disparate que nos rodea”.
Muchachos del TNT
Sobre las características de su trabajo revela que está trabajando con “muchachos del Taller Nacional de Teatro, activos y egresados. Antes me preguntabas que me impedía alejarme de la institución y el TNT es una de la razones. Tuve la suerte de dirigir el taller durante unos 15 años y me emociona ver como muchos de sus egresados son los que marcan la pauta del teatro actual tanto a nivel doméstico como afuera. Se han iniciado aquí artistas integrales, que luego se han ido puliendo profesionalmente y enriqueciendo con otras estéticas, pero el germen inicial, “la droga” que los hizo adictos a lo teatral tiene su origen a la siembra de todos esos grandes creadores que por más de 40 años han transitado por Rajatabla. Y eso en América Latina no es poco. Entre revoluciones, diásporas políticas, intentos de golpe de estado, cambios permanentes de políticas, Rajatabla es uno de los pocos grupos artísticos que ha podido sobrevivir y ojalá que sea por muchos años más”.
Aclara que con “los estudiantes nunca es difícil trabajar. Es duro sí, porque les faltan las vivencias, pero tiene el alma pura, sana, sin contaminarse aún. Son niños muchos de ellos y poseen ese desparpajo que les impide tener la vergüenza de exponer su carne y su sangre nueva”.
“Conjuntamente con este trabajo estamos montando un divertimento, escrito a varias voces “Cayetana, no se calla”, para el BOD, y haciendo algo de cine, una pasión a la cual me he entregado como actor últimamente; también nos estableceremos en el extranjero, durante un tiempo, para dedicarnos a una labor literaria, que bajo un seudónimo, vengo desarrollando desde hace algunos años”.
Grande de España
Con las actuaciones de Miriam Pareja y Loly Sánchez, así como la participación especial de Roland Carreño, se presenta, en BOD Centro Cultural, “Cayetana no se calla”, espectáculo creado a partir de la vida de una sobresaliente noble europea para tejer una visión fantástica, onírica y divertida y, sobretodo, muy teatral, de una mujer de rompe y rasga que transgredió prejuicios y apariencias para vivir como quiso. Grande de España pero, por encima de todo, un personaje único e irrepetible que nació, vivió y murió sin dejar a nadie indiferente. Y es que su vida, exagerada y deslumbrante como sus numerosos títulos nobiliarios, logró trascender el mundo de la nobleza para hacerse una leyenda por su rebeldía y constante desafío a los convencionalismos sociales. El texto pasa revista por sus amores –los aplaudidos y los prohibidos- por sus amistades, tanto las de abolengo como las bohemias; por su fortuna, relaciones con sus hijos, el amor por su país, a Sevilla, al flamenco y en definitiva, por la lucha interna y externa para honrar sus apellidos sin traicionar su pulso vital
EL ESPECTADOR
E.A. Moreno-Uribe
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