Después de pasar ocho largos meses confinados en un domo de plástico con otras cinco personas, ¿qué parte del mundo exterior extrañarías más?
Si te pareces en algo a los seis científicos que salieron de su aislamiento en las áridas y rocosas laderas del Mauna Loa en Hawai esta semana, la respuesta tal vez sería: el viento.
«Una de las cosas fue simplemente poder sentir la brisa en tu piel», dijo Jocelyn Dunne, participante del proyecto, a John Vause de CNN a través de Skype.
«Cuando estás dentro del traje espacial todo lo que puedes sentir es que se te dificulta caminar en cierta dirección por la presión, pero en realidad no tienes esa sensación».
Los seis participaban en un experimento de «analogía con Marte» del programa Analogía y Simulación de la Exploración Espacial en Hawai (Hi-SEAS, por sus siglas en inglés).
Durante el experimento, el equipo vivió en un domo geodésico alimentado con energía solar y usaron trajes espaciales cuando salían de las áreas habitacionales para simular el trabajo en la superficie de Marte. Dunne comentó que además de la brisa, era una novedad ver el mundo exterior sin el reflejo de su visor.
Las condiciones de la prueba
El objetivo del proyecto era simular las condiciones físicas de trabajo en Marte, entre ellas los efectos de vivir en un espacio confinado con otras cinco personas durante un periodo prolongado.
Se diseñó para dar a la NASA una mejor idea de cómo seleccionar (y apoyar) a los astronautas para cualquier misión futura al planeta rojo.
«Una de las partes más difíciles es no poder alejarte», dijo Dunne. «Las demás personas siempre te pueden observar. Estás todo el tiempo en un grupo. Aunque estamos aislados del resto del mundo, estamos juntos en nuestra propia situación social».
Mientras la muy esperada libertad los llamaba, los seis reprodujeron una y otra vez el himno de rock de la Europa de la década de 1980, The Final Countdown (algo que para algunas personas sería suficiente para buscar una forma de escapar) y luego participaron en una celebración de «Regreso a la Tierra», que incluyó un salto en paracaídas con el equipo de paracaidismo Golden Knights del Ejército estadounidense.
El equipo ahora está en libertad de disfrutar Hawai, el paraíso insular que tuvieron tan dolorosamente cerca durante los pasados ocho meses.
De acuerdo con Dunne, todo ese tiempo que pasaron juntos no afectó la amistad existente entre los compañeros.
«Seguimos siendo grandes amigos y definitivamente planeamos reunirnos más adelante».
Pero probablemente no harán reuniones de ocho meses.