La muerte del jefe de Al Qaeda en Yemen, que también era el número dos a nivel mundial, Naser al Wahishi, desestabiliza a la organización en provecho de su rival, el grupo Estado Islámico (EI), pero no reduce la amenaza yihadista global, estiman los expertos.
Washington presentó la muerte de Naser al Wahishi en un bombardeo estadounidense como un «duro golpe» asestado «a Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), el brazo más peligroso de Al Qaeda, y de forma más general a Al Qaeda».
Los analistas coinciden en este sentido. Recuerdan que otras dos muertes afectaron a AQPA, la del ideolólogo Ibrahim al Rubaish y la de Naser Al Ansi, el hombre que reivindicó en nombre del grupo el ataque al semanario francés Charlie Hebdo en enero en París. Ambos murieron en ataques de drones estadounidenses en abril.
Más allá de Yemen, añaden estos expertos, la muerte de Wahishi supone un revés para Al Qaida, puesto que el jefe yihadista era considerado desde 2013 como la mano derecha de Ayman al Zawahiri, el sucesor de Osama bin Laden. También era el hombre a través del cual pasaban los mensajes «operacionales» entre las distintas ramas de la organización.
Via AFP