Según Gabriel D´Andrea, director de PC Sucre, el municipio está vulnerable a posibles desbordamientos del río Guaire por la interrupción de las obras de dragado en su cauce
“Hemos hecho inspecciones a las quebradas y afluentes del municipio para que desde la Alcaldía se realicen los trabajos de limpieza, después inspeccionamos los progresos y realizamos el informe correspondiente, todo esto antes de que empiece el período de lluvias”, explicó el director de Protección Civil Sucre, Gabriel D´ Andrea, quien agregó que una parte fundamental de la prevención de incidentes en las zonas de alto riesgo pasa por el propio habitante de la comunidad afectada.
“Hay que tomar muy en cuenta que, en muchos sectores, apenas se terminan las obras de limpieza la gente de las comunidades empiezan a tirar desechos o escombros en el afluente, entonces nosotros, más allá de esto, tratamos de educar a las comunidades de que la prevención no es una labor solo del Estado, es una responsabilidad compartida con los habitantes de esos sectores, quienes serán los principales afectados si llega a ocurrir alguna eventualidad”, explicó.
Por tal motivo, le hizo un llamado a la ciudadanía que se pongan en contacto con las diferentes ramas de Protección Civil en sus municipios para que se les impartan cursos para poder actuar en caso de ocurrir cualquier improvisto.
“Lo más importante es la preparación, tener las herramientas para actuar en los primeros minutos de cualquier situación”, sentenció D´ Andrea. “En lo posible hay que evitar la construcción informal de viviendas, que es uno de los factores principales que causa deslizamientos de tierra y derrumbes”.
Agua abajo
“En el municipio Sucre tenemos dos ríos muy importantes, uno es el Guaire, que atraviesa toda Caracas, dejando, cuando crece mucho su nivel, afectaciones muy importantes en cuatro sectores: el Parcelamiento de los Bomberos, el Sector El Hueco, Escalera Libertador y Paolo XI”, explicó el director de PC Sucre. “Tenemos también el Río Guarenas, que empieza en San Isidro y recorre las comunidades aledañas a la Carretera Vieja Petare Guarenas y en el cual en años anteriores, como el 99 y el 2006, se han perdido casas y ahogado personas por la fuerza de su corriente”.
Asimismo, dijo que en años recientes las crecidas del Guaire se han venido presentando de forma más frecuente: “según los registros históricos y los testimonios de los propios afectados, cuando antes ocurría dos o tres veces años, ahora cada que llueve es un riesgo latente que ocurra un desbordamiento del cauce. Esto se debe en parte a que se dejaron de lado las políticas de dragado en el río: los sedimentos se van acumulando en el cause y hacen que sea más fácil que las aguas rebasen sus causes anteriores. Mientras no se haga un dragado completo en todo el lecho de Guaire esta situación no se va a revertir”.
Culpa del hombre
“Sucre es un municipio tiene una condición de riesgo alto en los sectores populares, no solo porque sean construcciones empíricas, sino porque en el proceso se han venido expandiendo, construyendo hacia arriba hasta 8 pisos, donde hay tuberías rotas agua y otros elementos propias de la actividad humana que va debilitando los terrenos donde se construye”, agregó D´Andrea. “Todo eso se ha dejado secuelas: en Vista Hermosa hemos visto sucesos donde se perdieron 56 viviendas por un derrumbe; en la Fénix también, en unos terrenos que habían invadido, casi 47 viviendas; todos esto no es por culpa de la naturaleza, es culpa del hombre que ha construido sin los estudios de suelo o los métodos adecuados”.
En mal momento
“Es bueno que lo hayan recuperado la política de dragado en el río Guarenas, que se perdió en años recientes, pero es muy peligroso hacer un trabajo de este tipo en esta época del año: ese rió es propenso a crecer muy rápido con una lluvia fuerte. Espero que esos concluyan las obras lo antes posible y que tengan alguna coordinación para evitar que una crecida los agarre desprevenidos”, comentó D´Andrea recordemos que en días reciente Corpomiranda inició el dragado de dicho cause para evitar un posible desbordamiento.
Luís Guillermo Valera
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Foto: Archivo / La Voz