Buscar culpables, en lugar de asumir que no han querido atacar al hampa organizada, ha sido una constante entre los defensores de la llama “revolución”
En los últimos años, el hampa ha ido ganando terreno en Venezuela. Desde los sectores más populares se han constituido grupos delictivos, que en muchos casos poseen más y mejores armamentos que los cuerpos policiales. Estas bandas hamponiles han copiado la “cultura” organizativa de delincuentes de otras naciones, como Colombia, por ejemplo. Claro, esto no significa que la mencionada nación o dirigentes políticos de las tierras neogranadinas estén detrás de esto, como la ha querido hacer ver el Gobierno Bolivariano, al que el tema de la inseguridad, evidentemente, se le ha ido de las manos.
Buscar culpables, en lugar de asumir que no han querido atacar al hampa organizada, ha sido una constante entre los defensores de la llama “revolución” para intentar “justificar” el alto grado de inseguridad que padecemos todos los ciudadanos, independientemente de nuestras preferencias políticas, religiosas, deportivas, culturales o económicas.
Recientemente, el presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, anunció la desarticulación de las bandas delictivas en todo el país y después de 16 años del mismo Gobierno Bolivariano (Chávez-Maduro) me surge la siguiente interrogante: ¿Esta aseveración obedece a una demagogia política electoral o a una acción de Estado?
La respuesta sólo la dará el tiempo y los procedimientos de los cuerpos de seguridad (policías, Cicpc, GNB y Sebin). Entretanto, los ciudadanos de a pie, que somos la mayoría de los venezolanos que no contamos con escoltas ni carros blindados, como sí poseen los altos funcionarios del Gobierno Bolivariano, apostamos a que el anuncio del presidente Maduro se cumpla a lo largo y ancho de la geografía nacional y que no se convierta en una promesa meramente electorera, porque de ser así daría pena ajena.
Para ubicar a los delincuentes, que en esta Venezuela revolucionaria poseen fusiles, FAL, pistolas con selector de tiros con acelerador de disparos y hasta granadas, el Estado, a través del Ministerio del Interior, Justicia y Paz, debe diseñar una política efectiva y para esto tiene que contar con el concurso de los expertos en la materia, sin importar las posiciones políticas e ideológicas de éstos, porque el Estado debe actuar en función de la patria, sin menoscabar los derechos políticos de los que no están al lado del Gobierno Bolivariano.
Propongo que en estas estrategias, sean incluidos los famosos “patriotas cooperantes”, quienes nutren de información y fotografías el programa “Con el mazo dando” que modera, en el «canal de todos los venezolanos» (VTV), el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Diosdado Cabello. Porque, así como son de buenos para hacerle llegar a Cabello cualquier tipo de información meramente política partidista, sobre las supuestas acciones de los dirigentes de la oposición, deberían servir para contribuir con la desarticulación de las bandas delictivas. Al final, nadie sabe quiénes son, ni cómo actúan estos “compatriotas cooperantes”.
Por su puesto, que nuestros órganos de seguridad del Estado, que cuando al Gobierno Bolivariano le conviene, son eficientes, verificarán cada una de esta información para lograr dar con los grupos delictivos que en la última década han aterrorizado a una población que prácticamente vive en zozobra.
Jean Carlos Rodríguez
jcarlos_yaco@hotmail.com
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