La coordinadora de Discapacidad Mental Psicosocial del Mpps, Ana Agudelo, explicó que este grupo estuvo conformado por 21 médicos, fisiatras, fisioterapeutas, trabajadores sociales, enfermeras, docentes y psicólogos al servicio del Instituto de Salud Pública del estado Bolívar (ISP).
Los participantes, además de ampliar los conocimientos en la materia, también unificaron criterios en cuanto al tratamiento y abordaje integral a estos pacientes, seguimiento de protocolos acertados y su estimulación temprana.
Agudelo señaló que el Mpss tiene la meta de capacitar a la mayor parte del personal asistencial que labora en la entidad, especialmente en el tema del diagnóstico e intervención de casos de autismo, como parte de una meta a mediano plazo para conformar en el estado Bolívar la primera Unidad de Rehabilitación para Niños Autistas.
«El primer grupo capacitado ya está dando consultas de autismo en el Servicio de Pediatría y Fisiatría del Hospital del Tórax Julio Criollo Rivas de Ciudad Bolívar, así como en el Centro de Salud Mental de esta capital», informó.
Explicó que las consultas realizadas en estas dos instituciones permitirán evaluar el número de pacientes que requieren atención en la capital del estado y localidades vecinas, lo que será tomado en cuenta por el Gobierno nacional para crear esta unidad de rehabilitación.
Indicó que se prepara a mediados de julio un curso dirigido a los enfermeros, médicos y trabajadores sociales que laboran en la red ambulatoria del estdo Bolívar, que tendrá una duración de 40 horas académicas.
También se prepara el inicio de un trabajo especial con el Ministerio del Poder Popular para Educación de manera que los docentes sean capacitados en la materia y trabajen de manera mancomunada con los programas de atención a estos niños y niñas, no solo en cuanto a la detección de los casos no identificados, sino en la educación y atención que se les debe dar en las escuelas a cada uno.
El autismo se caracteriza por dificultad en el relacionamiento social, en la comunicación y conductas, lo que se asocia por tanto a una discapacidad psicosocial y ha sido tomada en cuenta por el Gobierno nacional en el marco de sus políticas de atención a las personas con discapacidad.
Los afectados pueden mostrar apegos inusuales a objetos, efectuar movimientos corporales repetitivos, ser extremadamente sensible a estímulos visuales, auditivos, sensoriales, olfativos o gustativos.
Otras señales son angustia inusual cuando se le cambian las rutinas al paciente y en el caso de los niños, un desarrollo lento o nulo del lenguaje.