La participación en los comicios presidenciales de este martes en Estados Unidos ha sido fuerte en varias zonas azotadas por la tormenta en Nueva York y Nueva Jersey, que se convirtió en una especie de catarsis para muchos que ven el ejercicio de su deber civil como una señal de normalidad en medio de la prolongada devastación.
Las filas fueron largas en Point Pleasant, Nueva Jersey, donde los residentes de las comunidades Point Pleasant Beach y Mantoloking, de Jersey Shore, tuvieron que cambiar de sede de las casillas debido al daño en la zona.
Muchos habitantes del área aún no cuentan con servicio de energía eléctrica ocho días después de que la supertomenta Sandy golpeó la costa.
Sarah Brewster, de Long Beach, Nueva York, se impresionó al entrar en una escuela que fungía como centro para votar. Todos los relojes estaban detenidos a las 7:27. Esa fue la hora en que el lunes de la semana pasada toda su comunidad se quedó sin electricidad. Las lágrimas rodaron por su rostro mientras abandonaba la cafetería escolar. Brewster, que trabaja en una organización sin fines de lucro, dijo que el votar es «parte de nuestra responsabilidad cívica en medio de toda esta crisis».
Las autoridades de los estados de Nueva York y Nueva Jersey implementaron un programa para transportar a algunos votantes desplazados por Sandy hasta sus centros de votación y para informar a otros sobre la mejor manera de emitir su sufragio. En la ciudad de Nueva York, las autoridades planeaban el servicio de autobuses cada 15 minutos desde áreas azotadas por las tormentas a las urnas.
Los funcionarios electorales en ambos estados mostraron un cauto optimismo de que se restablezca el suministro eléctrico y de que buena parte de los centros de votación abra sus puertas en la zona, salvo en las áreas más golpeadas por Sandy.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, promulgó el lunes una ordenanza que permite a los residentes depositar un sufragio provisional en cualquier puesto de votación del estado, para elegir presidente y funcionarios estatales. Nueva Jersey había dado ya esa oportunidad a los electores. «En comparación con lo que hemos enfrentado en la última semana, las elecciones serán como un juego de niños», dijo Cuomo.
Los votos provisionales sólo se cuentan después de que los funcionarios confirman que el sufragante estaba en condiciones legales de participar en los comicios.
Las autoridades se mostraron preocupadas del riesgo de que algunos ciudadanos se vieran privados de su derecho al voto, y tomaron medidas para garantizar que los electores fueran informados sobre los problemas o cambios en sus puestos de votación.
Ernie Landante, portavoz de la División Electoral de Nueva Jersey, dijo que menos de 100 puestos de votación en el estado carecían de energía eléctrica, en comparación con los 800 que tenían ese problema hace apenas unos días. Agregó que el estado ha abandonado un plan inicial que utilizaría camiones militares como centros improvisados de votación.
La mayoría de los electores podrá depositar su voto en los puestos regulares, dijo Landante.
Agregó que el estado dio pasos adicionales para cerciorarse de que los desplazados por la supertormenta puedan votar. Por ejemplo, se permitirá que «mensajeros autorizados» recojan todas las papeletas posibles que serían enviadas por correo para la gente que permanece en albergues o que está fuera de su casa.
AP