La compañía decidió realizar estas pruebas en su búsqueda de una persona que durante meses ha dejado heces fecales en las instalaciones de la empresa, según reporta el portal ArsTechnica.
Los empleados Jack Lowe y Dennis Reynolds fueron citados por la administración de la empresa y les informaron que debían realizarse unas pruebas de ADN para cotejar su material genético con el de las heces fecales encontradas en la planta de Atlas Logistics Group Retail Services.
La razón por la que los llamaron a ellos fue porque sus turnos coincidían con la hora en la que habían ocurrido los incidentes.
Los exámenes de laboratorio no arrojaron ninguna coincidencia.
Por esta razón, Lowe y Reynolds demandaron a la compañía bajo el Acta No-Discriminatoria de Información Genética de 2008, que prohibe a los empleadores usar la información genética de sus empleados para tomar decisiones como contrataciones, despidos o ascensos.
Los empleados rechazaron una conciliación inicial por 200 mil dólares, y ahora cada uno recibirá 2,2 millones de dólares, según reporta Newsweek.
La búsqueda del responsable de las heces le está saliendo muy cara a la empresa de Atlanta, ya que aún no han conseguido identificarlo.