Desde hace una semana las instalaciones de la empresa Molosa, contratada para trabajar en el complejo urbanístico Ciudad Belén en Guarenas, están cerradas pese a que todavía no han terminado las obras que deben levantar
Luís Guillermo Valera
lvaera@diariolavoz.net
Desde tempranas horas de la mañana de ayer, un grupos de al menos 100 trabajadores de la empresa Molosa, se concentraron en la entrada del Ministerio del Poder Popular para el Trabajo para exigir el pago de sus liquidaciones completas y el respeto de sus beneficios contractuales.
“No nos quieren pagar nuestras prestaciones, quieren que nosotros renunciemos para liquidarnos chucuto”, explicó Antonio Mijares, vocero de los trabajadores, quien agregó que el patrono alega que ya han terminado las obras por las cuales fueron contratados, y con ello su relación laboral. “No hay ninguna culminación de obra como ellos quieren aparentar: falta terminar la terraza 36, construir la universidad, la escuela y la vialidad de acceso a Ciudad Belén, que todavía está a medio hacer”. Por tal motivo, exigen que se les cancele sus prestaciones sociales completas de decidir despedirlos.
“No estamos pidiendo nada regalado, queremos son los reales que nos hemos ganado, si nos quieren botar, está bien, pero que nos den lo nuestro”, agregó Mijares. “Somos casi 1.500 trabajadores en la empresa, pero ahora somos 900; han llegado al punto que a un trabajador, llamado Richard Lima, lo han presionado con la policía para que renuncie; hay otros, lesionados, que para darle su cheque de Inpsasel (Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales) le hacen firmar la renuncia”.
Recordemos que la empresa ha sido contratada desde hace cerca de 7 años para llevar a cabo construcciones en el complejo urbanístico de Ciudad Belén, municipio Plaza.
Trampas
“En Ciudad Belén han hecho trampas como han querido: camiones enteros de cemento se estacionan en las obras, pasan allí uno o dos días, para luego llevárselo a otro lado sin decirle a nadie”, dijo Juan Romero, trabajador de la obra. “Esos se la llevan para revenderlo, eso evidente, lo mismo hacen con otras cosas: solo con lo que a mí me deben en uniformes, podría poner un puesto en el mercadito de los fines de semana”.