Llegó el momento, llegó mi oportunidad de utilizar esta simbólica imagen. Lo más seguro es que todos se pregunten hacia dónde me dirijo, hacia dónde apunto mi destino. Antes de responderles eso, quiero explicarles más.
Definitivamente, solemos ver esta imagen en las redes sociales, siempre simbolizando el partir de un amigo o familia. Todo esto ocurre porque –sencillamente- sienten que la situación económica del país les vacía los bolsillos con solo mirarlos.
Nuestros amigos y familiares se van de Venezuela porque, además de la economía, la inseguridad los obliga a buscar países donde puedan salir de noche y vivir esa vida que la situación país les arrebató de las manos. Pero no solo es la economía, o la inseguridad, también tiene un papel protagónico la ineficiencia del gobierno por poder solventar todos estos problemas, de hecho, lo que hacen pareciera profundizar esa herida que tanto daño está haciendo a los círculos sociales y a los núcleos familiares.
Pero ahora, ¿Hacia dónde me dirijo, hacia dónde apunto mi destino? Como la mayoría de mis círculos sabe, tengo una agencia de publicidad que inicié en Septiembre de 2013, adicionalmente, tengo un programa de radio digital en donde me encargo de impulsar a los emprendedores, así que ¿A dónde voy? Lo cierto es que apunto mi destino fuera de esta Venezuela y lo oriento hacia una nueva, sí, hacia una Venezuela que tenga esperanzas de resurgir como el fénix. Definitivamente, me quedo aquí, con los míos, con mi agencia, con mi vida emprendedora que me ha enseñado que sacrificar algunas cosas para conseguir logros vale la pena.
En otras palabras, no quiero armar mi vida en otra tierra, nací en mi Venezuela y aquí me quedaré, luchando para construir ese país que muchos anhelan. Sé que esto no lo hago solo, hay muchas personas que piensan como yo, que quieren darle con todo a su país y dejar el pellejo en el intento si es necesario. No hablo solo en Caracas, cada una de estas personas están regadas a lo largo y ancho del país.
Todas estas palabras van dedicadas a mis amigos y familiares que están fuera del país o para los que aún siguen aquí. No es cuestión de tomar inclinación hacia uno u otro. Todo se trata de respeto, pues valoro mucho a ambos grupos por tan arriesgadas decisiones. Para los que siguen aquí en el país, saben que cuentan conmigo para generar ese ejército de ideas que impulse a nuestra Venezuela; para los que están lejos, en otros países, quiero que sepan que construiré ese país que tanto desean y por el que lloran días y noches en donde están. Últimamente, amigas y amigos se han ido, pero cuando me despido de ellos les dejo la promesa que no me rendiré y que terminaré ese camino que inicié desde que nací: vivir para mí y para las personas que habitan este hermoso país.
Para concluir, en estos días de incertidumbre y temor se escucha mucho “el que salga de último que apague la luz”. Lo cierto es que cuando eso ocurra, yo estaré ahí para encenderla nuevamente. Amo a mi país, amo a su gente, a sus paisajes, por eso nada ni nadie podrá arrebatarme lo que siento por Venezuela. Para aquellos que solo piensan en destruir, sepan que aquí siguen viviendo personas que montarán ideas donde haya destrucción.
Juan Andrés Medina Landa | @juancho_medina_
*Artículo publicado en Mi destino fuera de esta Venezuela