En Venezuela, la tercera vía no es una propuesta a media distancia entre las propuestas del Gobierno y de la MUD. No es una posición intermedia, aunque a veces pueda serlo. Hay que entender que las opciones Gobierno – MUD, aunque polarizadas en parte en lo político y electoral, no son posiciones opuestas en relación con la vida económica y social del país. Confirman lo dicho las propuestas petroleras del “Plan de la Patria” y de Voluntad Popular. En ambas, la meta es producir 6 millones de barriles de petróleo para 2019 y ninguna considera la posibilidad de generar mercancías de mayor valor agregado a partir del petróleo. Quieren seguir vendiendo materia prima, seguir haciendo lo mismo que se ha hecho en el país desde hace casi un siglo.
Entre el PSUV y la MUD hay acuerdo en explotar el petróleo a través de empresas mixtas con las que se comparta la propiedad del crudo. Existe concierto en la existencia de una Ley Electoral que elimina la proporcionalidad establecida en la Constitución. Ambos aprobaron la Ley contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, que no es otra cosa que un instrumento represivo contra la gente común y honesta y en absoluto enfrenta lo que dice enfrentar. Es evidente que una posición diferente en los casos anteriores no puede ser intermedia.
Se requiere pluralizar el escenario político y electoral, hasta ahora copado por los supuestos polos. Se necesita tener “otros pensamientos” en la Asamblea, pues estamos hartos de los de estos 16 años, responsables de la tragedia actual. Debemos elegir otras fuerzas políticas y otros líderes que renueven la esperanza perdida. Hay que construir una expresión política de los descontentos, de los molestos con la polarización y evitar, de esa manera, la abstención electoral de los mismos o el tradicional voto por el “menos malo”.
Este objetivo necesita de un esfuerzo unitario, que se ha venido concretando en la Gran Alianza Nacional GANA, que reúne a partidos como el MAS, OPINA y el Movimiento Ecológico, junto con grupos como De Frente con Venezuela, Izquierda Democrática Ambientalista, el Movimiento Petróleo para el Pueblo, Resistencia Civil, Democracia Siglo XXI y varios otros. Se aspira se incorpore en esta necesaria unidad el Partido Socialismo y Libertad.
La base del desarrollo nacional es generar mercancías de alto valor agregado, lo que demanda abandonar el modelo rentista petrolero. Es forzoso el desarrollo de ciencia y tecnología, disponer de una población calificada y proceder a la construcción de ciudades como concentración de servicios y no sólo de gente. Incluir a los excluidos sin excluir a nadie, sin generar una dependencia perversa del Estado. Se trata de igualar por arriba y aumentar el bienestar con base en la producción de riqueza, para hacerlo sostenible y no fluctuante como ha sido.
Luis Fuenmayor Toro