La filial de Google Niantic Labs se comprometió a retirar un juego para teléfonos inteligentes y tabletas que incluía la posibilidad de invadir y destruir cementerios donde yacen víctimas del nazismo, tras protestas de colectivos de supervivientes del Holocausto.
El director de Niantic Labs, John Hanke, informó en un comunicado de que se procederá a suprimir del juego sitios históricos de estas características ubicados en Alemania, en primer lugar, y posteriormente en otras partes del mundo.
El responsable de la firma reaccionó así a las quejas expresadas por la dirección del antiguo campo de concentración de Dachau (Baviera), a raíz de las informaciones al respecto publicadas en el semanario “Die Zeit”.
El juego, denominado “Ingress” y comercializado por la filial de Google, usaba puntos históricos “muy sensibles y dedicados a recordar a sus víctimas”, señaló en un comunicado la directora del museo instalado en Dachau, Gabriele Hammermann.
Entre otros lugares, se podían localizar el cementerio donde están enterradas 7.400 víctimas de Dachau y el recinto donde los nazis ejecutaron a unos 4.000 prisioneros de guerra soviéticos confinados en ese campo.
El juego se comercializa tanto en su versión para teléfonos inteligentes como para tabletas y, según la nota, tiene un millón de usuarios en todo el mundo.
Hammermann lamentó en el comunicado que Niantic Labs incluyera lugares históricos relacionados con el nazismo, tanto en Polonia como en Alemania y aludió al artículo de “Die Zeit”, donde se alertaba sobre el caso.
“Ingress” plantea al usuario la posibilidad de participar en una guerra invasora en un mundo virtual, que se desarrolla entre lugares reales.
Los participantes deben elegir un sitio real y a partir de allí empezar a batallar por conquistarlo o destruirlo.
El usuario propone el lugar a través de su aplicación a Niantic Labs, que lo pone a su disposición.
La posibilidad de que se utilicen para esos propósitos sitios como el cementerio donde reposan víctimas del nazismo es “una humillación” para éstas y para sus familiares, apuntó Hammermann.
La directora del museo afirmó, además, que por parte de Google o de su filial no se trató siquiera de pedir una autorización o informar al centro sobre esos contenidos.
Google había retirado ya previamente de su portal algunos puntos especialmente sensibles, como el antiguo campo de concentración de Dachau, pero no el cementerio adyacente al que aludía Hammermann.