Según el presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Industria de la Harina, Fetraharina, Juan Crespo, se esperan en los próximos días un embarque con 20 mil toneladas de trigo, no obstante, solo solventaría la demanda por dos semanas
“Sencillamente no tengo harina para hacer pan, he tenido que trabajar con unos sacos prestados, porque no se consigue por ningún lado: hemos tenido que racionar el poco inventario que tenemos, vendiendo solo dos canillas por persona o sacando al publico menos que antes, de lo contrario hace dos semanas que no tendríamos harina. Y es que desde hace dos meses los proveedores no nos traen materia prima”.
Explicó el encargado de una pequeña panadería de Los Dos Caminos, Municipio Sucre. En un recorrido realizado por un Equipo de Diario La Voz por diferentes panaderías de Caracas se pudo constatar que en efecto los establecimientos padecen una falta de harina de trigo, ingrediente vital para su industria.
Según Juan Crespo, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Industria de la Harina, Fetraharina, la falta de trigo para procesar en los molinos del país ha provocado esta escasez de pan francés (popularmente conocido como canilla) y sus derivados.
“Hemos obtenido informaciones de que dentro de poco llegaran 20 mil toneladas de trigo para hacer pan, pero solo alcanzaría para dos semanas”, explicó Crespo, quien agregó que solicita una reunión con el ministros de Alimentación, Carlos Osorio, así como no descartó tomar medidas de protesta pacifica de conseguir respuesta a sus requerimientos por medios oficiales. “Son más de 6 mil 500 panaderías en todo el país que están en peligro de cerrar por falta de materia prima”.
Resolviendo como pueden
“No hay, no tengo harina, he tendió que pedir prestados 25 sacos que debo; desde hace un mes no me han despachado nada de trigo, cuando todos los meses pedía 100 sacos”, dijo Antonio Barrozo, encargado de una panadería de Caracas, quien agregó que no ha querido racionar sus ventas. eso es feo, no he querido racionar el pan, la gente se exaspera y arremete contra uno, es mejor vender cuando allá y decir cuando no haya”.
Por su parte, José Gregorio Núñez, panadero, explicó que en muchos establecimientos se han visto en la necesidad de racionar de distintas formas su producción para rendir la poca existencia que tienen en sus inventarios.
“Hay que recortar las ventas, racionando el pan a dos canillas por persona desde el mes pasado, tratando que la harina nos rinda lo más que podamos, pero aún así nos tenemos para 10 días más”, dijo. “Hay locales que han tenido que dejar de hacer pan salado para seguir a flote, y usar la poca harina que tienen en hacer panes dulces y repostería, ya que con menos harina produces más, de no ser por eso habría que cerrar las puestas”.
Asimismo, es un reclamo general de los trabajadores de la industria, el que se les adjudique las divisas necesarias a los importadores de trigo, ya que este no se produce en Venezuela, para que se solvente la coyuntura actual, que pone en riesgo miles de puestos de trabajo.
“Nos han dicho los proveedores que dentro de 8 a 15 días empezará a normalizarse la situación, pero si no le dan a tiempo los dólares para traer el trigo a los importadores, cabe esperar que este tipo de situaciones se vuelvan a repetir”, aseveró Barrozo.
Mercado vulnerable
“Las panaderías son en particular vulnerables si no les suministran la materia prima con cierta regularidad, son empresas pequeñas, con poco espacio y sin capacidad de tener demasiado inventario muerto”, dijo Pedro Gameiro, encargado de una panadería de Caracas. “Hace como un año pasó algo parecido, pasamos casi un mes recibiendo solo un pequeño porcentaje de lo que pedíamos a los productores, pero es la primera vez que sencillamente no recibimos nada”.
Pasta hasta agosto
Según denunció Crespo, la falta de materia prima no solo ha afectado a las panadería: en la actualidad la industria de las pastas solo tiene inventario para producir por un mes, razón por la cual se ha declarado la emergencia del sector
Luís Guillermo Valera
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Fotógrafo: Giovanni Martínez