El derecho venezolano ha perdido muchas millas en la velocidad de su recta, pero en la misma medida se ha incrementado su calidad como lanzador
La velocidad promedio de la recta de Félix Hernández en el 2015 ha sido de 91.8 millas por hora (según FanGraphs.com), la más baja en su carrera y bien lejos del tope de 96.3 que alcanzó en el 2007 a los 21 años de edad.
Sin embargo, el «Rey Félix» está teniendo otra campaña estelar por los Marineros en el 2015. En 18 aperturas, el veterano lleva marca de 11-4 con efectividad de 2.84, 112 ponches y apenas 35 transferencias en 117.1 entradas, además de un excelente WHIP (bases por bolas más hits por inning lanzado) de 1.065.
¿Cómo ha podido Hernández evolucionar como lanzador, con una diferencia tan marcada en su velocidad ahora?
«En mis primeros años yo no era un pitcher, sino un tirador», explicó Hernández, quien en el 2015 ha sido convocado a su sexto Juego de Estrellas. «Era recta, recta y recta. Tenía dos pitcheos nada más, recta y curva”.
«Todavía tengo mi velocidad, pero puedo lanzar la bola donde yo quiero y soy más inteligente».
Desde aquellos inicios de su carrera en Grandes Ligas, Hernández ha agregado a su repertorio un slider y un cambio de velocidad. Y en sentido general, ha aprendido a trabajar a los bateadores contrarios.
«Me puse a observar y tengo algo, que es que sé leer swings», manifestó Hernández, quien también afirma que ha logrado crecer en ese sentido sin mucha ayuda de sus coaches de pitcheo. «Sé leer lo que busca el bateador. Me hice un poco más inteligente y me di cuenta de que no hay que lanzar duro para sacar los outs. Hay que lanzar a las esquinas y mezclar tus pitcheos bastante bien. Ahí fue que empecé a evolucionar como pitcher».
Grandeza desde el montículo
Desde el 2014, Lloyd McClendon lleva el timón del equipo de Seattle. Como coach de bateo de los Tigres de Detroit antes de su llegada a los Marineros, McClendon ya había observado lanzar bastante a Hernández. Ahora lo ve de cerca desde su propio dugout.
«Compitiendo con Félix desde el otro lado, pensaba que era un gran competidor y un pitcher especial», dijo McClendon. «Pero ahora con la oportunidad de dirigirlo y saber lo grande que es como compañero también, puedo decir que estamos siendo testigos de grandeza y hay que valorarlo, porque eso aparece una sola vez en la vida.
«Es un muchacho tremendo, especial de verdad».
En cuanto a la transición de «tirador» a «lanzador» de Hernández, McClendon compara a su abridor con uno de los mejores de la historia, Greg Maddux -con quien jugó el manager al final de los años 80 y principio de los 90 en los Cachorros de Chicago.
«Cuando Greg era joven tiraba de 93 a 95 millas por hora, pero cuando se convirtió en un gran lanzador, tiraba a 88-91», expresó McClendon. «Creo que Félix se parece mucho a él».
Tanto Hernández como McClendon afirma que el derecho puede recurrir a la velocidad cuando quiere-algo evidenciado con su tope de 94.6 millas por hora en el 2015. Ahora, el éxito depende de saber cuándo hacerlo y cuándo no.
Se ha mantenido en la élite
Cuando subió a las Grandes Ligas en el 2005 a los 19 años, Hernández triunfó a base de puro talento. Pero a los pocos años de estar en las Mayores, el venezolano se concientizó del esfuerzo necesario para mantenerse a un alto nivel. Con eso en mente, el diestro se ha mantenido en buenas condiciones físicas, además de evolucionar como pitcher.
«Como joven, me di cuenta de que primero que nada, tenía que tener una rutina y que había que trabajar el cuerpo durante la temporada muerta», expresó. «Todos días, después de pitchar, tienes que hacer tu rutina: Correr, hacer tus piernas y trabajar (la parte superior del cuerpo). Ahí fue que yo comencé a madurar como lanzador y como persona».
Hasta el último swing
Todd Frazier esperó hasta su último swing – tres veces – para ganar el Derby de Jonrones del Juego de Estrellas en su propio parque.
En ningún momento se mostró presionado.
El antesalista de los Rojos de Cincinnati se convirtió el lunes en apenas el segundo jugador en la historia en ganar el festival de cuadrangulares en casa de su equipo, luego de superar al novato de los Dodgers de Los Angeles, Joc Pederson, por 15-14 en una nueva remontada que coronó con otro largo y enfático swing.
Frazier se unió a Ryne Sandberg, de los Cachorros de Chicago, en conquistar la competencia en casa, luego de que el segunda base miembro del Salón de la Fama lo lograra en Wrigley Field en 1990.
David Venn
LasMayores.com