José Gregorio González Márquez
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La oposición venezolana no está interesada en fortalecer los valores democráticos ni defender la soberanía nacional. Con solo revisar la historia reciente podemos vislumbrar sin mucho seso cuál es el pensamiento que merodea la cabeza de quienes se rasgan las vestiduras ante el mundo. Conspiran desde el mismo momento en que Chávez decidió lanzarse como candidato presidencial; entonces, lo difamaron y acusaron de infinidad de situaciones y hechos forjados al amparo de la mediática nacional, argumentos falsos que fueron desenmascarados oportunamente.
Luego, con ataques arteros y manipulando a sus seguidores, lograron por horas establecer una dictadura al desconocer los poderes constituidos y apresar al comandante Chávez. El pueblo junto a los militares patriotas los derrotó. Continuaron con sus planes y creyeron lanzar al país por un despeñadero con su paro petrolero y económico. Otra derrota estruendosa se les propinó. Indudablemente todas estas acciones perjudicaron la economía y produjo millones de dólares en pérdidas materiales.
Hoy no escapamos a la malsana actuación de los enemigos de la patria. La oposición propicia junto a empresarios y agentes infiltrados desde el exterior, una guerra para hambrear al pueblo. Se debate Venezuela entre aguas turbulentas que le impiden por ahora acceder a la máxima felicidad pues la guerra económica que se ha desatado mantiene algunos sectores bajo zozobra e incertidumbre. Estamos convencidos que venceremos estos intentos de amortajar la Nación.
La infame actuación de los bachaqueros ronda los predios de la traición porque todo daño que se haga al colectivo merece el desprecio del pueblo. No hay excusa valedera para justificar a los estafadores que buscan “enriquecerse” con la reventa de productos pues solo contribuyen a prolongar la escasez y jugar al lado de la oposición cuyos deseos se limitan a querer usufructuar el poder sin importarles el daño que hacen a los venezolanos. La oposición y sus huestes de bachaqueros serán borradas por la conciencia colectiva. ¡Venceremos!