Hasta hace poco, las posibilidades de encontrar señal wifi en Cuba eran tan bajas como tropezar con un McDonald’s.
Los críticos del gobierno comunista de la isla se quejan de que los funcionarios quieren mantener la tecnología –y el flujo abierto de información– fuera de las manos de sus ciudadanos.
El gobierno cubano ha culpado durante mucho tiempo al embargo comercial de Estados Unidos por la escasez de Internet.
Pero en julio Cuba por primera vez abrió 35 áreas con acceso público a wifi en toda la isla.
Alexi, un estudiante universitario, se sentó agazapado en la acera en una de las nuevas áreas para enviarse mensajes instantáneos con su madre, quien dice él que vive en Italia.
El cargo de 2 dólares la hora por el uso del Internet resultaba más barato que llamarla por teléfono, dijo, pero sigue siendo demasiado elevado para un país donde el salario medio es de unos 20 dólares al mes.
«Eso no es muy razonable, pero es un comienzo. Con suerte, el precio seguirá bajando», dijo Alexi. «Un día sería maravilloso tener Internet en mi casa, entonces no tendría que venir aquí», dijo, mientras le hacía gestos a sus compañeros internautas que acampaban en el pavimento.
Cuba está ‘Off_Line’
Cuba cuenta con uno de los niveles más bajos de conectividad en el mundo. El gobierno es el único proveedor autorizado, no hay Internet móvil. El acceso en las casas es algo cercano a lo inaudito.
La cineasta cubana, Yaima Pardo, criticó la falta de Internet en su documental «Off_Line».
Aunque su película está disponible en el Internet, Pardo dijo que debido a la falta de conectividad, tuvo que distribuir el documental en Cuba en memorias USB.
«Esto nos desconecta del siglo XXI, estamos siendo frenados, no tenemos los mismos derechos que el resto del mundo tiene», dijo Pardo.
Algunos grupos de exiliados cubanos han tratado de eludir las restricciones y contrabandear tecnología.
«A menudo enviamos computadoras, laptops, memorias, DVD, y hacemos recargas de teléfonos celulares para la gente en la isla», dijo José Luis Martínez de la campaña «Connect Cuba», la cual promueve un mayor acceso a Internet en la isla.
«El gobierno cubano es muy riguroso en cuanto a las tecnologías que permite dentro de la isla, por lo que no podemos obtener cosas al por mayor», dijo Martínez. «Realmente, es una o quizás dos en cada ocasión y con la esperanza de que no las confisquen».
Las sospechas de los extranjeros continúan
Durante mucho tiempo, el gobierno cubano ha sospechado de grupos externos que tratan de mejorar la conectividad en la isla.
Alan Gross, contratista del Departamento de Estado de Estados Unidos pasó cinco años en la cárcel cubana por la importación de equipos de comunicaciones por satélite prohibidos. Fue liberado en el 2015 como parte de un acuerdo que llevó al restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.
Recientemente, funcionarios de Google ofrecieron mejorar la infraestructura de Internet en Cuba de forma gratuita.
«Todo el mundo sabe por qué Cuba no tiene más Internet, es demasiado caro», dijo el vicepresidente cubano, José Ramón Machado Ventura, en una entrevista con los medios de comunicación estatales de la isla en julio. «Algunos quieren dárnoslo de forma gratuita para que el pueblo de Cuba pueda comunicarse, pero su verdadero objetivo es infiltrarse dentro de nosotros… para destruir la revolución».
El mensaje de los funcionarios cubanos parece ser que ellos harán que la isla quede en línea pero al ritmo que ellos elijan.