La clase dirigente del Partido Republicano está aprovechando la oportunidad que había estado buscando para por fin decirle esto a Donald Trump: cruzaste la línea.
Desde que anunció su candidatura presidencial el mes pasado, el millonario atrevido y sin filtros le ha dado dolores de cabeza al partido. Particularmente, sus comentarios comparando a los inmigrantes mexicanos con violadores y criminales dejó a los líderes del partido luchando por tranquilizar a aquellos a los que Trump ofendió sin distanciarse de los votantes conservadores atraídos a sus visiones sobre cómo combatir la migración ilegal.
Pero este sábado, Trump pareció darle a los jefes del partido y a los candidatos presidenciales republicanos para 2016 una oportunidad dorada para frenarlo sin casi ningún costo político —y logrando verse magnánimos. La chispa para la última tormenta política llegó cuando el millonario de bienes raíces cuestionó este sábado si el senador de Arizona John McCain, un veterano de la guerra de Vietnam que fue prisionero en un campo de guerra por más de cinco años, era un genuino “héroe de guerra porque fue capturado”.
“Me gusta la gente que no fue capturada, ¿ok?”, dijo Trump, obteniendo gritos ahogados y abucheos de una audiencia conservadora en Iowa.
Lo que surgió en pocos minutos de esos comentarios dijo mucho. La respuesta republicana fue rápida y franca. McCain puede ser una figura controversial con muchos enemigos en Washington, pero es universalmente reconocido como un ejemplo de heroísmo puro.
El Comité Nacional Republicano, que se mantiene neutral frente a las primarias republicanas y rara vez participa en debates políticos, hizo un inusual movimiento y condenó públicamente los comentarios de Trump.
‘No hay lugar en nuestro partido’
“No hay lugar en nuestro partido o nuestro país para comentarios que menosprecien a aquellos que han servido honorablemente”, dijo el vocero del comité, Sean Spicer, en Twitter.
Mientras que el partido fue tímido en su respuesta a los ataques de Trump a México, se volvió claro este lunes que la jerarquía del partido no iba a recibir otra mordida del magnate.
“Ahora mismo lo que están viendo es al partido haciendo un dramático giro este fin de semana —enfrentando a Donald Trump frontalmente”, dijo a Wolf Blitzer Kevin Madden, exasesor político de Mitt Romney y colaborador de CNN. “Esta es su oportunidad para mostrar un fuerte contraste acerca de la dirección del partido. Esta es una oportunidad para muchos de esos candidatos”.
Uno tras otro, los demás candidatos presidenciales republicanos fueron rápidos en condenar al antiguo anfitrión del programa de TV The Apprentice.
“Ya basta de ataques difamatorios”, tuiteó el exgobernador de Florida Jeb Bush. El senador de Carolina del Sur, Lindsey Graham, un amigo cercano de McCain, dijo que Trump había “cruzado una línea hoy que ofenderá a prácticamente todos los que conozco” y predijo que los votantes estadounidenses solo tendrían un mensaje para Trump: “Estás despedido”.
El senador de Florida, Marco Rubio, dijo que el golpe de Trump contra un hombre que se rehusó a aceptar una liberación previa de la infame prisión de Hanoi Hilton porque sus camaradas no podrían salir también descalificaba al multimillonario como un potencial presidente.
El exgobernador de Texas, Rick Perry, un veterano de la Fuerza Aérea —quien está sufriendo en las encuestas y necesita cada titular que pueda obtener— pidió que Trump “se retire inmediatamente” de la campaña para 2016.
Por su parte, McCain dijo que él no necesita una disculpa, pero cree que el magnate debería disculparse con los veteranos capturados en guerras y sus familias.