Luis Carlos Lisboa Brito, contador público, de 28 años, fue asesinado a las 10:30 de la noche del jueves en la calle Colombia, de Catia, por unos sujetos que lo sacaron del taxi donde viajaba, procedente de Valencia.
Lisboa era egresado de la universidad Alejandro Humboldt, trabajó dos años como gerente en el abasto Bicentenario de Plaza Venezuela y se retiró para montar en enero con un socio, una empresa constructora.
Estaban desarrollando una obra en Valencia, el jueves en la noche partieron los dos socios rumbo a sus residencias en Caracas a pasar el fin de semana largo, a bordo de un taxi de la línea del Bicentenario, el socio se quedó en el 23 de Enero, al oeste de Caracas, bajaron por La Silsa, y en las inmediaciones del hospital Elías Toro ocurrió el hecho.
No se explican porqué el taxista se orilló a un costado estacionándose. Tampoco porqué tomó esa ruta si iba hacia el este. Un carro se paró atrás, salieron dos hombres armados, sacaron a Lisboa del taxi, lo llevaron a la parte trasera del automóvil y allí le dispararon. Recibió seis tiros.
Un testigo dijo que no hubo cruce de palabras, lo sometieron y le dispararon a mansalva.
Lisboa tenía familiares en el oeste de Caracas, era casado y vivía en El Marqués.
No lo despojaron de sus pertenencias, dinero, ipod, celulares, billetera, etc. Los objetos quedaron en poder del taxista, quien fue llevado a declarar al Cicpc.
El conductor habría manifestado inicialmente al dar la noticia que ocurrió una plomazón, pero allí no hubo otros heridos y el taxi no recibió ningún disparo.
Luis Aponte, primo del contador, estaba durmiendo cuando lo llamaron para avisarle, llegó al sitio y lo encontró sin vida.
-Esto es descomunal, no tiene nombre, cada día matan a las personas que están tratando de surgir, echar para adelante.
Otro crimen ocurrió en Catia a las 7 de la noche, cuando unas 10 personas comían perros calientes en un puesto ambulante ubicado en la redoma de Los Flores de Catia.
Llegaron unos sujetos disparando, los comensales corrieron en desbandada, a Andrés Eloy Rondón (30) lo persiguieron y le dieron varios tiros.
Era vendedor de repuestos en una compañía, vivía en la zona y dejó dos hijos, una niña de 4 años y un varón de 4 meses.
En 24 días transcurridos de julio fueron ingresados cerca de 350 cadáveres a la morgue de Bello Monte.
AA