El cuerpo de, Jivan Kohar, de 10 años de edad, fue encontrado el 24 de julio en las afueras de la aldea Kudiya, en el suroeste de Nepal. El niño había desaparecido tres días antes.
El superintendente de la policía Nal Prasad Upadhya, quien dirigió la investigación, dijo a CNN el lunes que Kodai Harijan admitió haber cometido el horripilante crimen previa consulta al chamán. En algunas culturas, se cree que los chamanes tienen poderes mágicos o espirituales para curar a los enfermos.
Según el testimonio dado a la policía, Harijan y sus familiares encontraron al niño jugando con sus amigos en el pueblo y lo atrajeron dándole un paquete de galletas y prometiéndole 50 rupias (49 centavos de dólar).
El niño fue llevado a un templo en las afueras de la aldea donde realizaron un ritual religioso. Luego fue llevado a un campo cercano, donde tres personas lo sujetaban mientras otro cortaba su garganta. Cuando la policía lo encontró, la cabeza del muchacho estaba casi separada de su cuerpo por completo.
Once personas en total, incluyendo el chamán, fueron detenidas por su participación en el crimen. Los autores se enfrentan a una pena de cadena perpetua.
Intocables
El pueblo, en el distrito de Nawalparasi, en la frontera con India, es el hogar de algunas de las personas más pobres del país, a menudo conocidos como «intocables» en el sistema tradicional de castas. Tanto la víctima como el acusado en este caso asesinato pertenecen a esta clase social.
Supersticiones como el sacrificio de animales -búfalos, cabras y pollos- son comunes entre la población, mayoritariamente hindú del país. El ritual de la matanza de animales durante el festival de Gadhimai –que se celebra cada cinco años- se lleva a cabo en la creencia de que traerá prosperidad.
«(Es) muy lamentable lo que pasó», dijo Hari Prasad Mainai, jefe de distrito de Nawalparasi.
«Desde el nivel de gobierno, vamos a lanzar programas de sensibilización en contra de estas supersticiones en las aldeas del distrito de Nawalparasi».