El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, justificó hoy la convocatoria al embajador venezolano y subrayó que mientras internacionalmente se reconoce el respeto en España a los derechos humanos, se constata que a Venezuela le queda «un largo camino» en esta materia.
Margallo habló sobre las relaciones con Venezuela en la rueda de prensa que cerró una reunión del Comité contra el Terrorismo del Consejo de Seguridad de la ONU.
El ministro argumentó que se convocara ayer al embajador de Venezuela en España, Mario Isea, ante las expresiones «completamente injuriosas e inaceptables» de Nicolás Maduro contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Maduro había acusado a Rajoy de «dar una puñalada a la democracia» de carácter franquista con la reciente ley española de Seguridad Ciudadana y llegó a calificarle de «sicario» por las medidas exigidas por la UE a Grecia.
«Es un lenguaje que no contribuye a mejorar las relaciones entre Venezuela y España y es un lenguaje que lamento, especialmente por el pueblo venezolano porque no merece que sus dirigentes se dirijan a otros países en estos términos», añadió el jefe de la diplomacia española.
El ministro quiso dejar claro que en ningún caso esa llamada al embajador venezolano se debe a las críticas de Maduro a la ley de seguridad ciudadana.
Al respecto, indicó que España atiende siempre los derechos humanos y, por ello, está dispuesto a aceptar cualquier observación «venga de donde venga» para mejorarlos.
Por ello, insistió en que cuando un Gobierno o una organización territorial hace una observación sobre las leyes españolas, el Ejecutivo no la considera una injerencia y, si es «asumible e inteligente», se adapta a la legislación.
Es lo mismo que dijo que cree que debe hacer Venezuela, «sobre todo cuando tiene un largo camino por recorrer en materia de derechos humanos como han hecho público muchos pronunciamientos de Naciones Unidas».
Así, recordó las comunicaciones al respecto del Grupo de Trabajo sobre detenciones arbitrarias del Consejo de Derechos Humanos, del Comité contra la Tortura, del Comité de Derechos Humanos del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
«Venezuela no tiene ninguna invitación permanente que nos conste a los relatores especiales sobre derechos humanos. España sí la tiene, y me parece que ese es el buen camino», aseguró el ministro antes de expresar su confianza en que el recordatorio que ha hecho sobre las peticiones de organismos internacionales a Venezuela no se tome como una injerencia por parte de las autoridades de este país.
Se trata – dijo – de recomendaciones que Venezuela haría bien en adoptar en favor de la libertad, el bienestar y la prosperidad de sus ciudadanos.
Además, aprovechó para lamentar que el grupo de senadores españoles que se ha desplazado recientemente a Caracas no pudiese entrevistarse con los opositores que se encuentra en prisión. EFE