La libertad de Pollard llega exactamente 30 años después de su arresto y podría ayudar a aliviar tensiones entre Estados Unidos e Israel, que se han visto afectadas por el acuerdo nuclear de Irán, que fue apoyado por el presidente Barack Obama y que el primer ministro Benjamin Netanyahu se opuso vehementemente.
Pollard, ahora de 60 años, trabajó como analista de inteligencia de la Armada y transmitió información secreta del gobierno de Estados Unidos a Israel.
El gobierno israelí admitió haberle pagado por sus servicios de espionaje en 1998. Ese país le dio la ciudadanía israelí a Pollard en 1995 y ha hecho lobby para su liberación durante décadas.
Una serie de altos funcionarios estadounidenses han argumentado en contra de la liberación de Pollard, incluyendo al vicepresidente Dick Cheney, y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.
El presidente Bill Clinton escribió en su autobiografía que el entonces director de la CIA George Tenet amenazó con renunciar en 1998 cuando Clinton aparentemente iba a liberar a Pollard.
El caso Pollard
En 1979 Jonathan Pollard fue contratado para trabajar en la oficina de Inteligencia Operacional de la Armada. Antes había sido rechazado para entrar a la CIA debido al uso de drogas. Su especialidad era Norteamérica y el Caribe.
En 1984 empezó a trabajar como espía para Israel, filtrando información sobre países árabes. Ganaba entre 1500 y 2500 dólares por mes. Sin embargo, el 21 de noviembre de 1985 fue arrestado fuera de la embajada de Israel en EE.UU. luego de que su pedido de asilo fuera negado.
El 4 de junio de 1986 Pollard se declaró culpable de conspiración para cometer espionaje, por lo que el 4 de marzo de 1987 es condenado a prisión perpetua.
Pollard es la única persona en la historia de Estados Unidos para recibir una sentencia de cadena perpetua por espiar a favor de un aliado.
Los presidentes Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama habían rechazado las peticiones de clemencia.
En 1995 Israel le concede la ciudadanía a su exespía y el 11 de mayo de 1998, el gobierno de ese país admite por primera vez que Pollard trabajó como su espía.
Finalmente, en 2002, Benjamin Netanyahu visitó a Pollard en prisión.