Llevan 36 años de labores teatrales –lúdicas y formativas- muy útiles para la sociedad
Valiosa e importante agrupación teatral caraqueña es Skena. La integran 40 comediantes y está formando a 100 jóvenes y adultos. Su líder, Basilio Álvarez -actor, escritor, director y auténtico teatrero con méritos artísticos y humanos- informa que el próximo 13 de octubre celebran 36 años de labores continuas.
-¿Esa celebración será mejor que las anteriores?
-A nosotros nos pasa algo extraño… y es que casi nunca lo celebramos porque casi siempre estamos trabajando. Sin embargo lo bueno de cada celebración es que siempre hay una cantidad de gente en ese momento desde jóvenes con sus talleres hasta profesionales dando lo mejor de sí.
-¿Cómo ha sido el 2015 para Skena?
-Ha sido un año muy duro, sobre todo a nivel de producción, ya que los recursos económicos cada vez alcanzan para menos… pero con todo y eso, arrancamos con temporadas de la obra infantil “El sereno secreto” (que fue nominada a varios premios Avencrit y “Ha llegado un inspector”, en versión de Ugo Ulive. Luego retomamos “¡Ay Carmela!” para varias funciones privadas, además de seguir haciendo temporadas de “El mago de Oz y “Popeye”, estrenamos la obra “El crédito” y realizar siete talleres de formación, tres de ellos con montajes de espectáculos como “Sueño de una noche de verano” (con 20 adolescentes) en Chacao, “Las cosas más sencillas” (con 60 jóvenes) y “Cuadros en construcción” (con 20 talleristas ) ;quizás lo más fuerte de este 2015 es darnos cuenta que a pesar de los años transcurridos y el esfuerzo realizado, el teatro sigue siendo un proyecto de vida más que una alternativa de trabajo.
Niños y adultos
-¿Dónde Skena trabaja mejor: con niños o adultos?
-Ambas alternativas son profundamente reconfortantes para nuestro proceso creativo y son tomadas con la misma entrega, seriedad y dedicación. En el teatro «infantil» siempre el objetivo será reunir a la familia, estrechar lazos creativos entre padres e hijos y que el adulto junto con el niño pueda compartir una experiencia común en una ciudad donde cada día los espacios de regocijo y de esparcimiento son cada vez más escasos. Y en el teatro de «adultos» nuestro principal objetivo siempre seguirá siendo tocar esos temas que además de conmover y divertir al espectador nos deje algo que pensar de nuestro entorno, nos gusta siempre que el espectador se pregunte al ver una obra «¿qué haría yo si me estuviera pasando eso?… como en “¡Ay Carmela!”, “La ola”, “Enemigo del pueblo”, etcétera.
-¿Qué ha pasado con los espectáculos de adultos?
-Si la pregunta es general y no solo con Skena, creo que los espectáculos para adultos en Caracas se alejan cada más de lo que el teatro significa por lo menos para mí. A veces me rio al recordar como empieza un libro de cabecera para todo ser de teatro, como es «El espacio vacío» de Peter Brook, el cual dice: «puedo tomar cualquier espacio vacío y llamarlo un escenario desnudo. Un hombre camina por este espacio vacío mientras otro le observa, y esto es todo lo que se necesita para realizar un acto teatral”. Y pienso que en Caracas se han tomado eso al pie de la letra… y por lo tanto todo es teatro… pero en realidad si uno agarra la cartelera «hay muy poco teatro entre tanto teatro».
-¿Qué hay para los próximos meses?
-Cerraremos el 2015 con funciones de “El mago de Oz” en el Teatro Municipal de Chacao en agosto y con “El crédito” en el Trasnocho en octubre y noviembre. Más algunas funciones de “¡Ay Carmela!” que no hemos concretado fechas todavía.
-¿Cómo son las relaciones con el Estado?
-No existe una relación directa ni constante como la había antes (hasta hace unos 10 años). La relación gubernamental por lo menos con Skena se limita a las funciones que hacemos en los festivales que organiza Fundarte o funciones específicas en algunos de los teatros que ellos dirigen.
-¿Ustedes participan en los festivales de Fundarte?
-Sí. Y hasta ahora ha sido una experiencia altamente positiva no solo con el público que asiste a los festivales si no con el personal técnico, logístico y administrativo que lleva estas actividades.
Sin bolívares no hay teatro
-¿Se hace mucho dinero con las temporadas?
-Nosotros no. Y cuando tenemos un éxito en las manos como “La ola” o “Enemigo del pueblo” o “El mago de Oz” por decir algunas obras de gran éxito de público, después de recibir el % de taquilla que nos toca hay que pagarles con eso a unas 20 personas aproximadamente… lo que nos termina convirtiendo en una comunidad hippy que se reparte lo poco que tiene entre todos y por lo tanto a cada uno le toca una pequeña parte de ese poco.
-¿Cómo es la repartición del ingreso por taquilla?
-El ingreso bruto en taquilla después de los descuentos respectivos como 10% de autor, 10% de espectáculos públicos (depende de las exoneraciones de cada espacio), el % de la empresa que maneja la venta de entradas (ticketmundo, solotickets, etc…), el % de la publicación en cartelera, etcétera… se reparten 50% el grupo de teatro y 50% el teatro… y de ese 50% que recibe el grupo de teatro dependiendo de la producción se da un % para recuperar la producción y el otro % para pago de actores (generalmente 50 y 50).Y todo eso está en los libros contables.
-¿Si la ganancia es tan poca hasta cuándo siguen?
-Seguiremos hasta que el cuerpo aguante. Y no es una frase trillada. Creo que el desgaste físico del teatrero se equilibra con su ganancia humana y artística en su máxima expresión. En mi caso termina convirtiéndose en un «sentido del deber». La satisfacción por lo que hacemos nos hace trabajar el doble a todos. Todos los de Skena y sé que la mayoría de la gente de teatro vive dos vidas, trabaja en unos horarios para poder subsistir como individuo en sus necesidades básicas que son comida, salud, educación, pagar el alquiler, mantener una familia etcétera… y en otros horarios nos dedicamos a crear para llenar nuestras necesidades como soñadores empeñados en que la vida no es sólo obtener un ingreso económico por lo que uno hace, sino que va más allá… está en la necesidad de reunirnos (ya sea ensayando o con el público en funciones) y estar por unos momentos unidos «para soñar» «crear» e «inventar», y salir de esas reuniones con la imaginación viva, inspirados para ver el mundo con ojos diferentes, con ojos hambrientos pero no de cosas materiales si no de ideas, de imágenes, de luz, de un «sentido de vida”.
EL ESPECTADOR
E.A. Moreno-Uribe
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