La cifra de muertos por el terremoto del miércoles en Guatemala se elevó a 52, mientras que 22 personas siguen desaparecidas y 1,2 millones resultaron afectadas, según reportes oficiales divulgados hoy.
El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, ofreció cifras actualizadas y anunció que decretó el «estado de calamidad» en los departamentos de San Marcos, Quetzaltenango, Quiché y Huehuetenango, los más afectados por el sismo de magnitud 7,4 en la escala abierta de Richter.
El sismo, que ocurrió a las 10:35 am de este miércoles, en medio de la jornada de trabajo, causó pánico en las comunidades indígenas en un área extraordinariamente amplia, y provocó daños en todas menos una de las 22 provincias de Guatemala. El estremecimiento de la tierra se sintió en ciudades lejanas como ciudad de México, a más de 900 kilómetros (unas 600 millas) al noroeste.
«Como guatemalteco me siento triste», dijo el presidente Otto Pérez Molina cuando visitó el hospital de San Marcos. «Me da tristeza ver llorar a las madres que han perdido sus hijos», así como aseguró que el gobierno iba a pagar los funerales de las víctimas de esta región.
Las cuadrillas de rescate trabajaron durante la noche en San Marcos y utilizando maquinaria pesada, reiniciaron este jueves las labores dentro de una cantera de arena, la búsqueda de posibles sobrevivientes o de cadáveres de víctimas del fuerte sismo que sacudió la frontera entre Guatemala y México.
«Iniciamos labores de rescate desde muy temprano. El objetivo es que esperamos encontrar a las personas soterradas», dijo Julio César Fuentes, de los bomberos municipales departamentales.
Mientras tanto, numerosos guatemaltecos salieron en las calles en medio del frío matinal para encontrar todos los comercios cerrados y la ciudad paralizada.
El devastador terremoto derribó gruesas paredes de adobe, provocó deslizamientos de tierra que obstruyeron carreteras, y provocó una estampida de pobladores despavoridos a las calles de este idílico pueblo de la cordillera situado cerca de la frontera con México.
EFE / AP