El caso de una perra enterrada viva en Carrières-sur-Seine, cerca de París, y que fue salvada por un vecino levantó una ola de indignación en Francia, donde miles de personas vieron su calvario en las redes sociales.
El animal, una dogo de Burdeos, fue descubierto el sábado pasado en un terreno baldío por un vecino que paseaba a su perro, indicaron varias fuentes.
“Su cuerpo estaba rodeado de piedras y habían atado su correa a una bolsa con escombros para evitar que se escapara”, explicó una fuente policial.
“Apenas quedaba visible la cabeza a causa de la cantidad de tierra que cubría” su cuerpo, explicó su salvador en un mensaje con fotos publicado en Facebook y compartido por más de 150.000 personas.
El vecino llamó a los servicios de emergencia y liberó al animal. La perra, “en estado de conmoción y deshidratada”, fue trasladada a una veterinaria. La policía identificó rápidamente al dueño gracias a un tatuaje.
Interrogado por la policía en la comisaría, el joven de 21 años negó los hechos y aseguró que el perro se había escapado. “La perra tiene más de diez años y sufre artrosis, es difícil imaginar que pueda haberse escapado así”, dijo la misma fuente.
El propietario será juzgado por actos de crueldad contra un animal y desacato, un delito pasible de dos años de cárcel y una multa de 30.000 euros. Desde el miércoles circula en internet una petición para reclamar que se aplique “la pena máxima”.
El año pasado, la publicación en internet de un video que mostraba a un hombre lanzando al aire a un gato generó una ola de indignación similar. El individuo fue condenado a un año de cárcel.