La tasa de inflación a 12 meses en Brasil avanzó más de lo esperado en julio, a su nivel más alto en 12 años, con una fuerte subida sostenida para las tarifas de la electricidad.
El índice nacional de precios al consumidor amplio (IPCA) subió un 9,56 por ciento en los 12 meses hasta julio, la tasa más alta desde noviembre de 2003, informó el viernes el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
En los 12 meses a junio se había registrado una inflación de 8,89 por ciento.[ID:nL1N0ZO0NC]
En la comparación mensual, el IPCA subió un 0,62 por ciento el mes pasado, levemente por sobre los pronósticos del mercado de un alza de 0,6 por ciento.
Las tarifas de la electricidad, uno de los principales conductores de la inflación de Brasil este año, treparon un 4,2 por ciento en julio desde junio.
La inflación ha exacerbado la peor crisis económica en Brasil en 25 años y contribuido a que los índices de aprobación de la presidenta Dilma Rousseff y de la confianza al consumidor estén en mínimos históricos.
El banco central subió la tasa de interés de referencia a 14,25 por ciento -un máximo de 9 años- y señaló que podría seguir subiendo las tasas si la inflación se acelera más de lo esperado.
El objetivo oficial para la inflación es de un 4,5 por ciento al año.
Desde comienzos de año, las tarifas de la electricidad han subido con fuerza, con una sequía grave que vació los embalses de las principales hidroeléctricas de Brasil.
Las presiones acumuladas tras años de mantener
los precios artificialmente bajos en el primer período presidencial de Rousseff también contribuyeron al alza en las tarifas de la energía.
Recientemente han caído lluvias, lo que permitiría prescindir de las costosas plantas termoeléctricas. Pero no queda claro si las tarifas bajarán en los próximos meses como resultado.
Otros precios regulados por el Gobierno subieron en julio, como los seguros de salud, con un alza de 1,6 por ciento, y los pasajes de los buses interestatales, que escalaron un 6,3 por ciento.