Miles de personas en el oeste de África que se infectaron con el virus del ébola pero sobrevivieron sufren problemas crónicos como dolor articular e inflamación ocular que puede provocar ceguera, dijeron expertos mundiales en salud.
Los sobrevivientes del ébola que dejaron atrás uno de los peores brotes de la infección son propensos a sufrir problemas médicos, dijeron expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que indicaron que el tema se está volviendo una “emergencia dentro de una emergencia”.
“El mundo nunca ha visto tal número de supervivientes de un brote del ébola”, dijo Anders Nordstrom, representante de la OMS en Sierra Leona, que participó en una conferencia de cinco días esta semana sobre quienes sobrevivieron al ébola.
“Tenemos 13.000 supervivientes en los tres países (Guinea, Liberia y Sierra Leona). Esto es nuevo, desde el punto de vista médico y de la sociedad”, dijo a los periodistas en una teleconferencia.
Daniel Bausch, del equipo de cuidados clínicos de la OMS, dijo que aproximadamente la mitad de los que habían superado el virus ahora sufren problemas de articulaciones, y que algunos padecen tanto dolor que no pueden trabajar.
Problemas oculares como inflamación, visión limitada y en los casos más graves ceguera se han dado en aproximadamente un 25 por ciento de los supervivientes, dijo Bausch.
Dolencias más difíciles de evaluar, pero igualmente graves a largo plazo, como tasas crecientes de depresión, trastorno por estrés postraumático y exclusión social, también afectan a los sobrevivientes.
Dado que la devastadora epidemia de ébola fue por lejos la más grande registrada en la historia -infectando a más de 27.000 personas y matando a casi 11.300 de ellas-, los científicos no pueden decir si los problemas de salud crónicos de los supervivientes son insólitos.
Se cree que el virus del ébola no puede sobrevivir más de 21 días en la mayoría de los fluidos corporales, como la sangre y el vómito, que son las principales vías de transmisión.
Pero también se sabe que está en el semen y en los tejidos blandos de los ojos incluso hasta varios meses después de la recuperación.