«La seguridad, nuestra principal prioridad, está ahora en peligro. Esto ya no es una protesta pacífica. Los participantes están reunidos ilegalmente», tuiteó el departamento de policía de St. Louis.
Más temprano, un alto funcionario del condado de St. Louis declaró el estado de emergencia y dijo que la violencia había estropeado las manifestaciones que marcan el primer aniversario de la muerte de Michael Brown.
«Los recientes actos de violencia no serán tolerados en una comunidad que ha trabajado sin descanso durante el último año para reconstruirse y ser más fuerte», dijo el administrador del condado de St. Louis, Steve Stenger, en un comunicado.
La orden ejecutiva pone al jefe de policía Jon Belmar a cargo de las operaciones policiales en Ferguson y sus alrededores, dijo Stenger.
Durante el lunes, unos 200 manifestantes marcharon en St. Louis portando pancartas, cantaron y oraron y pidieron la toma de acción del Departamento de Justicia.
En el Antiguo Juzgado, en el centro de St. Louis, los manifestantes colgaron una pancarta que decía: «El racismo todavía vive aquí #fightback».
La policía arrestó a 56 personas en la manifestación, dijo a CNN la portavoz del Departamento de Policía Metropolitana de St. Louis, Schron Jackson.
Más tarde, otro grupo de manifestantes bloqueó parte de la carretera interestatal 70 en Earth City, Missouri. Los manifestantes se tomaron de las manos y formaron una línea a través de la autopista. Unos 20 minutos más tarde, soldados despejaron el camino y al parecer llevaron a cabo detenciones.
Las conmemoraciones por el aniversario de la muerte de Michael Brown iniciaron el domingo de manera pacífica, pero terminaron de forma violenta por la noche, cuando se registraron al menos dos tiroteos.
El asesinato de Brown por el oficial Darren Wilson provocó indignación y protestas en todo el país contra lo que algunos describen como los prejuicios raciales por la policía.
Brown era un adolescente negro desarmado; el oficial era blanco.