Derrotar la guerra económica es imperante. La derecha fascista, a la que no le importa para nada el país, debe ser vencida para que deje en paz la Nación. Los intentos por desestabilizar la economía son financiados desde el exterior para crear caos y desesperanza entre el pueblo. Quienes se venden a los gobiernos extranjeros son traidores y apátridas. Gente nefasta que busca acabar con las libertades para dejar en manos de títeres del imperio los destinos de Venezuela.
Los bachaqueros, los acaparadores y los revendedores disponen de buena parte de los productos cuyo destino es el pueblo. La miseria con que actúan refiere la mala fe que le tienen a la patria. Otro foco de perversidad la asumen los raspacupos. Suerte de ladrones enmascarados bajo la piel de corderos. Estos sujetos usan la excusa que los cupos de dólares les pertenecen y pueden venderlos haciéndole trampa al Estado. Difícil situación creada por los enemigos que causa desabastecimiento y por extensión zozobra en la población.
Venezuela ha soportado un conflicto simulado en su economía. Las grandes corporaciones aliadas a Washington han desatado desde hace tiempo una serie de campañas para vender a la patria de Bolívar como un estado forajido. Quizás el argumento más cacareado es el de la supuesta violación de los derechos humanos, seguido la restricción al régimen de libertades públicas. Los venezolanos junto a sus líderes han derrotado todos los intentos fascistas por derrocar al gobierno constitucionalmente establecido. Venció el golpe de estado del 2002 y el paro petrolero del mismo año. Y hoy, resiste los embates de una guerra criminal que hambrea al pueblo y daña el erario público.
La conciencia es un factor de suma importancia para enfrentar estos momentos. Las batallas que se avecinan están signadas por la necesidad de combatir todo intento de desestabilización. La crueldad de la derecha fascista tiene que derrotarse no sólo en el campo de las ideas sino con la aplicación de la ley y sin contemplaciones. Venceremos a los traidores. Triunfará la Revolución Bolivariana.
José Gregorio González Márquez
caminosdealtair@hotmail.com