La cifra fue revelada por el gobernador Andrew Cuomo mientras el estado empezaba a reponerse de un nuevo fenómeno climático que precipitó nieve, derribó los postes del tendido eléctrico y dejó a cientos de miles de usuarios en la oscuridad
NUEVA YORK. Los daños causados por la supertormenta Sandy en el estado de Nueva York podrían totalizar 33.000 millones de dólares, afirmó el gobernador Andrew Cuomo el jueves, mientras el estado empezaba a reponerse de un nuevo fenómeno climático que precipitó nieve, derribó los postes del tendido eléctrico y dejó a cientos de miles de usuarios en la oscuridad.
Una firma de pronósticos de daños había calculado que Sandy causaría pérdidas económicas de entre 30.000 y 50.000 millones de dólares desde las Carolinas hasta Maine, incluyendo daños a la propiedad, pérdida de negocios y gastos adicionales de sustento. El cálculo de Cuomo para el estado de Nueva York probablemente hará subir la cifra total de daños.
Un total de 50.000 millones de dólares por daños haría de Sandy la segunda tormenta más costosa en la historia de Estados Unidos, sólo detrás del huracán Katrina. Sandy inundó partes de la ciudad de Nueva York y el estado de Nueva Jersey con una marejada de más de 4 metros (14 pies), mató a más de 100 personas y en su peor momento dejó a más de 8,5 millones de personas sin electricidad.
Sandy provocó más apagones que cualquier otra tormenta, dijo el Departamento de Energía, y dejó a los automovilistas desesperados por encontrar gasolina al complicar la distribución de combustible.
«Vamos a tener que considerar un rediseño total», afirmó Cuomo sobre los sistemas de suministro de energía y combustible. «Con los apagones se paraliza la nación y se produce caos».
En particular, el gobernador señaló los problemas de la ciudad de Nueva York, debidos en gran parte al agua del mar que inundó instalaciones que se ubican a entre 15 y 20 pisos de profundidad.
«Es una obra de arte de ingeniería», comentó, «pero si se inunda Manhattan, se anega toda esa infraestructura. No hay ni siquiera modo de desagotarla».
Jornaleros
desamparados
Decenas de jornaleros hispanos en Brooklyn dicen sentirse desamparados después de que el huracán Sandy arrancara de cuajo el pequeño centro de madera que los trabajadores usaban desde hace más de una década para organizarse y ser contratados.
Sin la estabilidad que el centro, llamado «la casita», les proporcionaba, muchos temen verse forzados a regresar a las esquinas de calles del barrio de Bensonhurst para ser recogidos en camionetas por contratistas que aseguran a veces les pagan mal y los explotan demasiadas horas.
«Nos sentimos en la ruina. No nos queda nada», dijo Gavino Hernández, un mexicano sin papeles más conocido como «Camilo», que hace trabajos esporádicos de construcción y a menudo iba a «la casita». «Queremos que los compañeros sigan aquí todavía. En las esquinas uno corre mucho peligro».
Los vientos huracanados se llevaron el centro de contratación de jornaleros, el único aprobado por la ciudad y construido por los propios jornaleros. Quedó a unos 50 metros al norte, en el centro comercial Ceasar Bay, en Bensonhurst. El suelo quedó totalmente quebrantado, al igual que varias de las paredes, con estanterías torcidas y un generador de electricidad que ya no funciona.
Se trata del punto de encuentro por la mañanas de entre 50 y 100 jornaleros que lo han convertido en el lugar donde pasan a buscarlos para ir a trabajar, allí hacen los negocios.
Aproximadamente 558 trabajadores pagaron este año alguna vez la cuota semanal de cinco dólares que mantiene la electricidad, teléfono y otros gastos de «la casita», explicó Ligia Guallpa, del grupo Proyecto de Justicia Laboral que ayuda a los jornaleros.
AP