La caída de la civilización maya fue consecuencia de una larga sequía, según un estudio internacional publicado este jueves en Estados Unidos, que confirma una hipótesis hasta ahora controvertida.
«El ascenso y la caída de los mayas es el ejemplo perfecto de una civilización sofisticada incapaz de adaptarse al cambio climático», dijo James Baldini, de la Universidad de Durham, en Gran Bretaña, uno de los principales co-autores del estudio, publicado en la revista Science con fecha de este jueves 8 de noviembre.
«Períodos de lluvias excepcionales (de 450 a 660 dC) aumentaron la productividad de los sistemas agrícolas mayas causando una explosión demográfica y una sobre-explotación de los recursos», dijo el investigador.
El clima se volvió cada vez más seco provocando un agotamiento de los recursos, una desestabilización del sistema político y guerras, explicó Baldini. Y «después de años de carencia, la sequía, que duró casi un siglo, desde 1020 hasta 1100, definitivamente selló el destino de la civilización maya», dijo.
Estos investigadores lograron reconstruir los períodos de lluvia y sequía en el transcurso de los últimos 2.000 años en la región donde vivían los mayas, entre México, Belice, Guatemala y Honduras.
Para ello, analizaron la composición química de estalagmitas de la cueva de Yok Balum en Belice, situada a 1,5 kilómetros del sitio maya cerca de Uxbenká y cercana a otros grandes centros mayas impactados por el mismo sistema climático.
Las estalagmitas se forman en el piso de las cuevas por la caída continua de agua calcárea, lo cual permite medir las precipitaciones a lo largo del tiempo.
Debido a que los mayas recopilaban meticulosamente los sucesos políticos en grabaciones en monumentos de piedra, los autores del estudio pudieron comparar la reconstrucción de la historia del clima en la región y los cambios en la frecuencia de los conflictos y otros eventos importantes.