Occidente, Turquía y numerosos países árabes llaman desde hace meses a la salida del Presidente para poner fin a la guerra que dejó más de 37.000 muertos
DAMASCO. El presidente Bashar al Asad afirmó el jueves que está decidido a “vivir y morir en Siria” y advirtió sobre los riesgos de una intervención extranjera, en momentos en que los rebeldes desafían a su régimen en la misma capital.
“No soy un fantoche, soy sirio y debo vivir y morir en Siria” dijo Al Asad, según una transcripción publicada por el canal ruso en árabe Rusiya al Yaum en su portal internet.
Occidente, Turquía y numerosos países árabes llaman desde hace meses a la salida de Asad para poner fin a la guerra que dejó más de 37.000 muertos según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Gran Bretaña y que se basa en una amplia red de militantes y médicos en el terreno, y ha obligado a huir a cientos de miles de personas desde marzo de 2011.
Esta semana, el primer ministro británico, David Cameron, había evocado que “podría arreglarse” una salida segura de su país para Al Asad, aun cuando expresó también el deseo de que el presidente sirio rinda cuentas ante la justicia.
Los aliados iraníes, rusos y chinos de Asad rechazan cualquier injerencia en Siria y apoyan una resolución del conflicto entre sirios.
Al Asad advirtió además que una intervención extranjera en Siria podría tener “consecuencias mundiales”, provocando un “efecto de dominó” desde el Océano Atlántico hasta el Pacífico.
“Último bastión de la laicidad”
El presidente sirio presentó a su país como el “último bastión de la laicidad, de la estabilidad y de la coexistencia en la región” y estimó que “el coste de una invasión extranjera de Siria, si tuviera lugar, sería tal que el mundo entero no estaría en medida de asumirlo”.
“No creo que Occidente vaya en esa dirección, pero si lo hace, nadie puede predecir lo que pasará después”, advirtió de nuevo al Asad, en el poder desde el año 2000.
El régimen acusa a los rebeldes de ser “terroristas a saldo del extranjero”.
Usando su principal baza, el ejército del aire, el régimen siguió con los bombardeos.
En Damasco, donde atentados recientes tomaron como blanco las zonas alauitas (comunidad a la que pertenece el presidente), cayeron varios cohetes y se registraron combates en el barrio de Mazé, según el OSDH.
Sitiación
Ante la escalada de violencia, el presidente del Comité internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, alertó sobre la situación humanitaria en Siria, señalando “no dar abasto debido a que la situación va de mal en peor”.
AFP