Hartos de la delincuencia, habitantes de la zona han protagonizado linchamientos a supuesto delincuentes, llegando al punto de, el pasado domingo, quemar una motocicleta
“La Candelaria se ha convertido en una zona roja: no hay seguridad, te roban en cualquier momento, a toda hora te pueden hacer algo y la policía pasa y no hace nada. La semana pasada, en la entrada del negocio un motorizado vio a una muchacha sacar el teléfono, se ha parado y le ha tirado del pelo, la arrastró por el piso, hasta que por fin le quitó el celular”, dijo una comerciante que trabaja en La Candelaria, municipio Libertador, quien por miedo a la represalias de la delincuencia prefirió no publicar su identidad.
Y como el suyo, hay centenares de testimonios similares, los cuales tienen en común la denuncia de los altos índices delictivo en la zona, lo cual ha llevado en algunos casos a los habitantes y trabajadores de la zona a tomar “la justicia por propia mano”.
“El pasado domingo casi linchan a un choro: lo encontraron robando a una pareja, los apuntó con una pistola y les iba a disparar, pero como el arma se le encasquilló, lo pudieron agarrar”, dijo una testigo de los hechos, quien prefirió mantener su anonimato. “En eso los propios vecinos de los edificios de cerca bajaron y le dieron golpes, incluso quemaron la moto en la que andaba”.
Vecinos de la localidad piden que se realicen planes de seguridad más eficientes, pues aseguran que la presencia policial en los alrededores es insuficiente para mantener a raya al hampa.
Inseguridad rampante
“Una vive con el corazón en la boca cuando sale de trabajar, cuando llega, a toda hora, esto es horrible: hace poco mataron al dueño de una panadería a una cuadra de aquí cuando estaba abriendo su negocio, eso fue a las seis de la mañana”, dijo una vendedora de La Candelaria. “Si así es en la mañana, ¿imagínate cuando está oscuro? Los comerciantes están empezando a cerrar cada vez más temprano, ya la mayoría no trabaja los fines de semana y quien lo hace se está exponiendo”.
Según explican los habitantes de la localidad, la inseguridad ha llevado a que entre ellos mismos se mantengan vigilantes, a la expectativa.
“No es la primera vez que ocurre un linchamiento por aquí: hace como 15 día agarraron a un tipo que había robado a una señora mayor: lo estuvieron persiguiendo por toda la calle hasta que por fin dieron con él, la gente gritaba y decía que los agarran; a ese chamo, no podía pasar de 20 años, le dieron golpes hasta decir basta”, dijo una comerciante de los alrededores. “Mientras tanto, los policías solo pasaron por allí y dijeron que lo dejaran en paz y se fueron”.
Presencia
En un recorrido hecho por un equipo de Diario La Voz se pudo constatar que las cercanías y varias intercepciones de La Candelaria habría presencia de efectivos de los cuerpos de seguridad del Estado, vecinos y comerciantes aseguran que no es suficiente para contener la inseguridad.
“Nosotros vivimos aquí desde hace años y es la primera vez que vemos que la delincuencia está tan desatada aquí; los policías y guardias se contentan con pasar, si no es que se la pasan chateando por los teléfonos o hablando con las mujeres”, dijo una residente de la zona. “Pareciera que no hay quien pare el malandraje en La Candelaria”.
Van 8 en 20 días
De acuerdo a Clara Mirabal, diputada al Consejo Legislativo de Miranda, al menos seis presuntos delincuentes han sido linchados entre el 28 de julio y el 12 de agosto en la Gran Caracas. En su opinión, esto sería un medidor del descontento social que existe en el país a consecuencia de la inseguridad y la impunidad. A esta cifra se le suman los altercados ocurridos en La California y La Candelaria.
Luís Guillermo Valera
lvalera@diariolavoz.net