El gobierno de Colombia llamó este martes a resolver la crisis fronteriza con Venezuela, en medio de la deportación de un millar de colombianos desde ese país en los últimos días, con diálogo y “sin promover el odio” o intentar obtener “beneficios políticos”.
Mediante un comunicado de los ministerios de Interior y Relaciones Exteriores, el gobierno de Juan Manuel Santos reiteró su posición de “buscar mecanismos conjuntos para superar la problemática que se vive en la frontera, pero sin promover el odio”.
“Los señalamientos personalizados solo generan sentimientos xenófobos que no benefician en nada a los habitantes de los dos países (…) Es a través de la cooperación y no de la confrontación como lograremos de manera conjunta combatir con éxito fenómenos como el de contrabando que nos afecta por igual”, dijo el texto.
El viernes entró en vigor un estado de excepción de 60 días decretado por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en una zona fronteriza con Colombia tras un ataque de desconocidos que hirió a tres militares y a un civil venezolanos en la ciudad de San Antonio de Táchira durante una operación anticontrabando.
La medida, en el marco de la cual han sido deportados más de 1.000 colombianos supuestamente indocumentados, va acompañada del cierre de los pasos fronterizos que unen el estado Táchira, en Venezuela, y el departamento colombiano de Norte de Santander.
Maduro, que el lunes ratificó su decisión de mantener el cierre fronterizo hasta que se restablezca “un mínimo de convivencia”, ha denunciado que en el contrabando en la zona están implicados paramilitares que buscan desestabilizar su gobierno.
En medio de la coyuntura, Maduro arremetió el lunes con duros calificativos contra el exmandatario colombiano y opositor a Santos, Álvaro Uribe, llamándolo “asesino”, “narcotraficante” e incluso “anticolombiano”.
Durante una visita por la noche al puente binacional que une Cúcuta, capital de Norte de Santander, con San Antonio del Táchira, Uribe respondió comparando a Maduro con Hitler por infundir odio contra los colombianos y lo tildó de “dictador”.
Al respecto, el gobierno de Santos dijo este martes que “la agresividad que oímos de lado y lado de la frontera no ayuda para nada a resolver la difícil situación”.
“Hacemos un llamado a la dirigencia política de ambas naciones para que no caiga en la tentación facilista de utilizar la compleja situación que vivimos para (…) obtener beneficios electorales cuando nos acercamos a procesos de elecciones en Colombia y Venezuela. Los adjetivos y las descalificaciones personales en contra del expresidente Uribe deben ser rechazados”, añadió el comunicado.
Colombia y Venezuela comparten una porosa frontera de 2.219 km, donde ambos países denuncian la presencia de grupos guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes y contrabandistas de combustible y otros productos fuertemente subsidiados por el gobierno venezolano.AFP
El gobierno de Colombia llamó este martes a resolver la crisis fronteriza con Venezuela, en medio de la deportación de un millar de colombianos desde ese país en los últimos días, con diálogo y “sin promover el odio” o intentar obtener “beneficios políticos”.
Mediante un comunicado de los ministerios de Interior y Relaciones Exteriores, el gobierno de Juan Manuel Santos reiteró su posición de “buscar mecanismos conjuntos para superar la problemática que se vive en la frontera, pero sin promover el odio”.
“Los señalamientos personalizados solo generan sentimientos xenófobos que no benefician en nada a los habitantes de los dos países (…) Es a través de la cooperación y no de la confrontación como lograremos de manera conjunta combatir con éxito fenómenos como el de contrabando que nos afecta por igual”, dijo el texto.
El viernes entró en vigor un estado de excepción de 60 días decretado por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en una zona fronteriza con Colombia tras un ataque de desconocidos que hirió a tres militares y a un civil venezolanos en la ciudad de San Antonio de Táchira durante una operación anticontrabando.
La medida, en el marco de la cual han sido deportados más de 1.000 colombianos supuestamente indocumentados, va acompañada del cierre de los pasos fronterizos que unen el estado Táchira, en Venezuela, y el departamento colombiano de Norte de Santander.
Maduro, que el lunes ratificó su decisión de mantener el cierre fronterizo hasta que se restablezca “un mínimo de convivencia”, ha denunciado que en el contrabando en la zona están implicados paramilitares que buscan desestabilizar su gobierno.
En medio de la coyuntura, Maduro arremetió el lunes con duros calificativos contra el exmandatario colombiano y opositor a Santos, Álvaro Uribe, llamándolo “asesino”, “narcotraficante” e incluso “anticolombiano”.
Durante una visita por la noche al puente binacional que une Cúcuta, capital de Norte de Santander, con San Antonio del Táchira, Uribe respondió comparando a Maduro con Hitler por infundir odio contra los colombianos y lo tildó de “dictador”.
Al respecto, el gobierno de Santos dijo este martes que “la agresividad que oímos de lado y lado de la frontera no ayuda para nada a resolver la difícil situación”.
“Hacemos un llamado a la dirigencia política de ambas naciones para que no caiga en la tentación facilista de utilizar la compleja situación que vivimos para (…) obtener beneficios electorales cuando nos acercamos a procesos de elecciones en Colombia y Venezuela. Los adjetivos y las descalificaciones personales en contra del expresidente Uribe deben ser rechazados”, añadió el comunicado.
Colombia y Venezuela comparten una porosa frontera de 2.219 km, donde ambos países denuncian la presencia de grupos guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes y contrabandistas de combustible y otros productos fuertemente subsidiados por el gobierno venezolano.AFP