Los tributos han seguido fluyendo para el conductor de la IndyCar Justin Wilson, quien falleció el lunes por las heridas sufridas durante un accidente en carrera.
El piloto británico de 37 años fue golpeado en la cabeza por los restos del automóvil de otro conductor en la última ronda de la serie de monoplazas en el Pocono Raceway, en Pennsylvania. El corredor había quedado en coma, en condición crítica, tras el accidente y finalmente falleció este lunes.
La organización de la IndyCar ha anunciado que sus conductores usarán un logotipo especial, en honor a Wilson, en los cascos en las carreras de este fin de semana en Sonoma Raceway en California.
Pero el tributo más conmovedor vino del hermano menor de Wilson, Stefan, quien reveló que su hermano era un donante de órganos y había ayudado a «salvar seis vidas”.
«Él sólo sigue poniendo el listón más alto», tuiteó Stefan Wilson, quien también es un competidor en IndyCar.
Wilson corrió brevemente en la Fórmula Uno, y su actual campeón Lewis Hamilton ofreció sus condolencias en redes sociales por la muerte de su compatriota.
La muerte de Wilson fue la primero en IndyCar desde 2011, cuando otro británico, el dos veces campeón de Indy500 Dan Wheldon, murió en un accidente en el Motor Speedway de Las Vegas.