La tormenta tropical Erika causó severas inundaciones en Dominica el jueves, desatando aludes que destruyeron al menos 20 viviendas en la diminuta isla caribeña, donde las autoridades buscaban a cinco personas desaparecidas.
Casi 23 centímetros (9 pulgadas) de lluvia cayeron en el montañoso país el miércoles por la noche, seguidos de otros 15 centímetros (6 pulgadas) el jueves por la mañana, de acuerdo con el Servicio de Meteorología de Antigua.
“La situación es sombría, peligrosa”, dijo Ian Pinard, ministro de comunicaciones de Dominica.
Dos personas estaban desaparecidas en la capital y otras tres en el sureste de la isla, dijo Don Corriette, de la agencia nacional de desastres.
Aproximadamente 80% de la isla estaba sin electricidad y los suministros de agua estaban cortados, dijeron las autoridades. El principal aeropuerto estaba cerrado a causa de las inundaciones.
El río que divide la capital se desbordó y las aguas crecidas estaban estrellándose contra el principal puente que lleva a Roseau, donde las calles estaban cubiertas de árboles y postes derribados. Algunas calles se habían vuelto torrentes.
El primer ministro interino Rayburn Blackmoore le pidió al público mantener la calma y quedarse en casa.
“No salgan a la calle”, dijo. “La situación es muy peligrosa”.
Autoridades caribeñas cerraron escuelas, oficinas gubernamentales y comercios en la región y advirtieron sobre inundaciones debido a las condiciones extremadamente áridas causadas por la peor sequía en golpear al Caribe en años recientes.
La mañana del jueves, Erika se ubicaba a unos 205 kilómetros (125 millas) al oeste de Guadalupe y se desplazaba hacia el oeste a 26 kilómetros por hora (16 millas por hora) con vientos máximos sostenidos de 85 kph (50 mph), de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos con sede en Miami.
Erika se acercaba rápidamente a Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses, se espera que esté junto a la República Dominicana el viernes, en camino al sur de Florida la semana próxima. No se espera que la tormenta gane fuerza en los próximos dos días.
En Puerto Rico, el gobernador Alejandro García Padilla dijo en una conferencia de prensa que la tormenta podría provocar lluvias muy necesitadas. “Estamos contentos dadas las condiciones áridas, pero sí se enfatiza la necesidad de estar en alerta”, dijo.
Alertas por la tormenta tropical se emitieron en Puerto Rico, las Islas Vírgenes estadounidenses y británicas, y las Islas de Sotavento. Una vigilancia de la tormenta tropical estaba en vigor en la República Dominica, las Islas Turcas y Caicos, y el sureste de las Bahamas.
Docenas de vuelos se cancelaron en la región, y la guardia costera de Estados Unidos cerró todos los puertos en Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses.
Mientras tanto, en el Pacífico Ignacio se fortaleció a huracán. Los vientos máximos sostenidos aumentaron el jueves a 150 kph (90 mph). El ojo del huracán estaba a unos 1.825 kilómetros (1.135 millas) al este-sudeste de Hilo, Hawái.
También se formó el jueves una nueva tormenta tropical en el Pacífico, Jimena, con vientos máximos sostenidos de 75 kph (45 mph) y se esperaba que se fortaleciera a huracán el viernes. Se ubicaba a unos 1.430 kilómetros (890 millas) de la punta sureña de la península mexicana de Baja California. AP
La tormenta tropical Erika causó severas inundaciones en Dominica el jueves, desatando aludes que destruyeron al menos 20 viviendas en la diminuta isla caribeña, donde las autoridades buscaban a cinco personas desaparecidas.
Casi 23 centímetros (9 pulgadas) de lluvia cayeron en el montañoso país el miércoles por la noche, seguidos de otros 15 centímetros (6 pulgadas) el jueves por la mañana, de acuerdo con el Servicio de Meteorología de Antigua.
“La situación es sombría, peligrosa”, dijo Ian Pinard, ministro de comunicaciones de Dominica.
Dos personas estaban desaparecidas en la capital y otras tres en el sureste de la isla, dijo Don Corriette, de la agencia nacional de desastres.
Aproximadamente 80% de la isla estaba sin electricidad y los suministros de agua estaban cortados, dijeron las autoridades. El principal aeropuerto estaba cerrado a causa de las inundaciones.
El río que divide la capital se desbordó y las aguas crecidas estaban estrellándose contra el principal puente que lleva a Roseau, donde las calles estaban cubiertas de árboles y postes derribados. Algunas calles se habían vuelto torrentes.
El primer ministro interino Rayburn Blackmoore le pidió al público mantener la calma y quedarse en casa.
“No salgan a la calle”, dijo. “La situación es muy peligrosa”.
Autoridades caribeñas cerraron escuelas, oficinas gubernamentales y comercios en la región y advirtieron sobre inundaciones debido a las condiciones extremadamente áridas causadas por la peor sequía en golpear al Caribe en años recientes.
La mañana del jueves, Erika se ubicaba a unos 205 kilómetros (125 millas) al oeste de Guadalupe y se desplazaba hacia el oeste a 26 kilómetros por hora (16 millas por hora) con vientos máximos sostenidos de 85 kph (50 mph), de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos con sede en Miami.
Erika se acercaba rápidamente a Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses, se espera que esté junto a la República Dominicana el viernes, en camino al sur de Florida la semana próxima. No se espera que la tormenta gane fuerza en los próximos dos días.
En Puerto Rico, el gobernador Alejandro García Padilla dijo en una conferencia de prensa que la tormenta podría provocar lluvias muy necesitadas. “Estamos contentos dadas las condiciones áridas, pero sí se enfatiza la necesidad de estar en alerta”, dijo.
Alertas por la tormenta tropical se emitieron en Puerto Rico, las Islas Vírgenes estadounidenses y británicas, y las Islas de Sotavento. Una vigilancia de la tormenta tropical estaba en vigor en la República Dominica, las Islas Turcas y Caicos, y el sureste de las Bahamas.
Docenas de vuelos se cancelaron en la región, y la guardia costera de Estados Unidos cerró todos los puertos en Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses.
Mientras tanto, en el Pacífico Ignacio se fortaleció a huracán. Los vientos máximos sostenidos aumentaron el jueves a 150 kph (90 mph). El ojo del huracán estaba a unos 1.825 kilómetros (1.135 millas) al este-sudeste de Hilo, Hawái.
También se formó el jueves una nueva tormenta tropical en el Pacífico, Jimena, con vientos máximos sostenidos de 75 kph (45 mph) y se esperaba que se fortaleciera a huracán el viernes. Se ubicaba a unos 1.430 kilómetros (890 millas) de la punta sureña de la península mexicana de Baja California. AP