«Llevo seis días sin saber nada de mi hijo», narra la mujer llorando y dice que está segura de que él está en manos de la Guardia Nacional Venezolana (GNB).

«La Guardia Nacional Venezolana lo agarró, se lo llevó, lo encapuchó, le daba vueltas por toda una cancha de ‘La Invasión’ y después yo no volví a saber nada de él», narró Miriam Mejía a CNN.

«Yo quiero que me lo devuelvan, pero que me lo devuelvan con vida. La guardia venezolana es muy cruel, ellos no tienen compasión de nada», agregó.
El sábado 22 de agosto, dos días después del cierre de la frontera, el gobernador de Táchira José Gregorio Vielma Mora anunció que en el desarrollo de la llamada Operación para la Liberación del Pueblo, que se realizó en el sector conocido como ‘La Invasión’, fueron capturados 8 presuntos paramiliateres, según informó el canal estatal VTV.

Según dijo Vielma Mora, «se presume que son parte de la banda paramilitar ‘Los Urabeños’, que opera en esa área».

Mejía asegura que uno de los capturados es su hijo. Afirma que lo reconoció en una fotografía divulgada por los medios de comunicación que registraron la captura de estos supuestos paramilitares en la frontera. En ella aparece un joven, encapuchado, con una camiseta blanca y pantalón corto oscuro. Mejía dice que se trata de su hijo.

«Una vecina también lo reconoció cuando se lo llevaron. Ella lo conoce y sabe que es un hombre bueno», agrega.

Las autoridades venezolanas agregaron que los detenidos fueron «tratados como manda la ley» y que los llevaron al Ministerio Público y luego puestos a disposición de un juez. Después no se han pronunciado al respecto.

CNN intentó comunicarse con el Ministerio Público de Venezuela para establecer si en efecto Correa Mejía fue detenido por la GNB, pero hasta el momento no ha obtenido respuesta.

«Mi hijo no es paramilitar»

De acuerdo con la versión de Miriam Mejía, su hijo Jonathan Alexis fue capturado en el lado venezolano de la frontera el pasado sábado. El joven estaba lavando ropa y visitando a su novia, quien vive en ‘La Invasión’. Él es colombiano y vive en Cúcuta.

«La novia de él me llamó y me dijo que la Guardia Venezolana lo agarró, lo mandó contra una llanta, lo golpeó y se lo llevó, desde entonces no sé nada de él», relata.

El padrastro de Jonathan Alexis, Ricardo García, lo describió con un «muchacho juicioso, sin vicios», el joven trabajaba en construcción.

Miriam Mejía dice que no sabe qué más hacer.

Ella afirma que expuso su caso ante la Defensoría del Pueblo de Colombia y también dice que le contó su historia al procurador general de Colombia, Alejandro Ordóñez.

De igual forma, Mejía asegura que habló directamente con la canciller colombiana María Ángela Holguín cuando la ministra visitó la frontera a inicios de esta semana; e incluso afirma que habló con el expresidente Álvaro Uribe, que llegó a Cúcuta a rechazar la deportación masiva de colombianos el pasado lunes 24 de agosto.

Según dice la madre, todos ellos prometieron ayudarla y adelantar las investigaciones pero las autoridades colombianas le dicen que «hay que esperar» porque no tienen ninguna información al respecto.

Sobre la denuncia que hace Mejía, Javier Tamayo, director nacional de atención a trámites y quejas de la Defensoría del Pueblo de Colombia, que se encuentra en el puesto de la frontera y tiene conocimiento de la denuncia, le dijo a CNN que «el tema de personas detenidas es sensible, por lo que hay que esperar a que esta institución tenga unas líneas de acción».

«En el momento estamos trabajando sobre la temática y eventualmente tendremos algún tipo de respuesta», respondió Tamayo sobre este caso.

«Estoy desesperada, no sé qué hacer», dice la madre desesperada y le envía un mensaje los presidentes de Colombia y Venezuela pidiendo por su hijo.

«Presidente Santos, intervenga por mi hijo. A él se lo llevaron, es inocente. Lo trataron de paramilitar pero él es inocente. Presidente Maduro, ¡póngase la mano en el corazón, es mi hijo!», dice ella.

«Quiero que me lo devuelvan vivo, no quiero que me lo entreguen muerto, se lo suplico», pide.