Ante la situación con Colombia, el monseñor Mario Moronta ha hecho algunas reflexiones: “Lamentablemente, son los más débiles socialmente quienes sufren los rigores de medidas como las tomadas. Ante esto, recordamos la enseñanza del Maestro Jesús: ‘Lo que le hicieran a uno de mis pequeñuelos a Mí me lo están haciendo”.
La situación con el hermano país Colombia, nos obliga a los hombres de fe a tocar este tema tan sensible para todos, pero desde el respeto a la condición y la dignidad de nuestros hermanos colombianos, y desde la perspectiva cristiana, sin politiquerías, que tanto daño hacen a dos países hermanos, sin dejar de reconocer las verdades que ambos esgrimen. Hace un mes alerté al presidente Maduro sobre lo que era San Andresito en Bogotá, donde vendían todos los productos venezolanos que aquí no se consiguen. El tiempo nos da la razón.
Hoy recojo para todos mis lectores, bajo el título: ¡Orar y votar!, lo expresado por Mario Moronta, obispo de San Cristóbal, el pasado 27 de agosto de este año, durante la Fiesta de San Agustín, uno de los más grandes teólogos de la ética en el Cristianismo. En su homilía dirigida al presbiterio, a los fieles cristianos y personas de buena voluntad en la Diócesis de San Cristóbal y bajo el lema “salud y paz en el Señor”, monseñor Mario Moronta señala:
“Ante una multitud que le seguía como ovejas sin pastor, el Señor Jesús exclamó “Tengo compasión de ellos” (Mc. 6, 34). Le pidió a los discípulos que les atendieran y Él luego les dio de comer al multiplicar los panes (cf. Mc. 6, 37 ss.). Esta imagen evangélica sale a nuestro encuentro para iluminarnos ante la inédita situación creada en días pasados con medidas tomadas por el Gobierno Nacional y que han incluido la deportación de numerosos hermanos colombianos. No podemos sentir menos que el Señor y por eso, manifestamos nuestra compasión, acompañada de solidaridad y de misericordia.
Nos preocupa, como creyentes en el Evangelio de Jesús, que quienes han sido más golpeados por las medidas tomadas sean gente pobre y familias con niños pequeños que, incluso, han perdido sus viviendas. Han venido como inmigrantes y requieren un trato justo y respeto de su dignidad. Muchos han sido deportados y otros, atravesando el río y por sendas improvisadas, han pasado la frontera cargando con sus enseres. Lamentablemente, son los más débiles socialmente quienes sufren los rigores de medidas como las tomadas. Ante esto, recordamos la enseñanza del Maestro Jesús: “Lo que le hicieran a uno de mis pequeñuelos a Mí me lo están haciendo” (Mt. 25,40).
Es cierto que hay conductas irregulares e ilegales por parte de algunos ciudadanos venezolanos y colombianos. Ellos deben responder por sus actos. Las autoridades competentes deben confrontarlos y llevarlos ante la Ley. Suele pasar que quienes son responsables de tantas situaciones inmorales y contrarias al bien común, nunca aparecen ni son conseguidos para que asuman sus responsabilidades y sean debidamente sancionados. No es secreto para nadie que hay personas y grupos irregulares que han venido creando zozobra, no sólo en el eje fronterizo, sino en las diversas comunidades del Táchira y de la hermana república de Colombia. Es a ellos a quienes hay que buscar y desenmascarar y hacer que paguen sus fechorías.
Condenamos todo exceso que vaya contra la dignidad de la persona humana y pedimos que se respeten los derechos humanos de cada quien, cualquiera que sea su condición, nacionalidad y credo. Todos somos hijos de Dios y poseemos una dignidad desde la cual brilla el esplendor de la verdad que libera (Cf. Jn. 8,32). Esto incluye el dejar a un lado cualquier tipo de ofensa o expresión peyorativa, así como cualquier tentación a promover conductas de tipo xenófobo. Los colombianos y los venezolanos hemos convivido en esta frontera con un gran sentido de fraternidad durante siglos. No podemos negar que numerosos tachirenses tienen vínculos familiares con hombres y mujeres de Colombia.
Invitamos a todas las autoridades, a todas las instituciones públicas y privadas para que se encuentren. En el encuentro podrá darse siempre un diálogo constructivo que resuelva situaciones controversiales y conflictos que se puedan dar. La historia común nos enseña que es posible. Hoy más que nunca se debe hacer, a fin de consolidar los vínculos de unión e integración que nos distinguen. La frontera no es una simple línea divisoria de carácter geopolítico. Es mucho más: Es un ámbito donde comunidades de varias naciones hacen posible la comunión de esfuerzos en orden al desarrollo integral de todos los ciudadanos. Nuestra frontera colombo-venezolana, sobre todo en nuestra región Táchira-Norte de Santander se ha caracterizado por ser una de las más vivas del continente latinoamericano. Debe seguir siéndolo. La hora presente nos desafía a todos para lograrlo en el diálogo, en políticas comunes y acuerdos que favorezcan tanto la paz social como la sana convivencia de hermanos y el desarrollo integral de los ciudadanos y comunidades”.
Les dejo esta reflexión dominical de monseñor Mario Moronta, un hombre a quien siempre se le ha considerado cercano al Gobierno y sus dirigentes, en esta hora tan difícil para ambos países, no sin antes alertar que el divisionismo contradice la doctrina bolivariana.
Colombia y Venezuela debe apostar a la unidad y no hacerle el juego a quienes pujan y conspiran por el separatismo económico y social de ambas naciones, recordándoles que: ¡La Patria es América!
CORREO DE LAS BRUJAS
*** Aquelarre en Charallave. Pica y se extiende investigación de La Contraloría General en la Alcaldía. Camaradas Cooperantes lo cuentan todo este miércoles.
*** Inhabilitaron a Iván Olivares. Encuestas del Gobierno lo dan ganador en el circuito de Freddy Bernal.
*** Descabezaron a todos los integrantes de Marea Socialistas, apoyados por otros partidos en planchas a la Asamblea Nacional. Van más de 60 inhabilitaciones.
*** Cicerón me confirma que sí habrán elecciones el 6D. Crisis en la frontera no será obstáculo.
A Calzón Quitao
Wilmer Suárez
Twitter: @acalzonquitao54