El ex canciller Julio Londoño Paredes manifestó que para convocar a la fallida reunión de la OEA, al gobierno de Colombia le faltó cabeza fría.
“Colombia pudo preparar con mayor cuidado la convocatoria a la reunión de consulta de ministros de Relaciones Exteriores”.
Recordó que en la OEA hay 34 miembros y para que se acepte una propuesta se necesita que cuente con la mayoría más uno, es decir, con 18 votos. Lo que implica que no se necesita votar en contra de la resolución sino que basta con abstenerse.
“Muchos Estados con el solo voto de abstención, en la práctica, impidieron que la propuesta alcanzara la mayoría. Esto pasa porque muchos países se sienten incómodos con Venezuela o con Colombia y por eso prefieren no involucrarse, actúan con reticencias. Eso es lo que ha pasado a mi juicio, incluso con Estados Unidos que apoyó la propuesta colombiana, pero no fue vehemente porque Estados Unidos tiene el problema de las migraciones mexicanas”.
Londoño Paredes explicó que el gobierno al anunciar simultáneamente una reunión de Unasur (de la cual desistió), muchos países prefirieron escabullirse o no votar a favor para esperar el resultado de Unasur antes de pronunciarse.
“Lo que hay que considerar es que en la OEA se hubiera dado una exposición por parte de Colombia y de Venezuela y se hubiera constituido tal vez una comisión para facilitar algún tipo de entendimiento, pero nada más. La OEA no iba a tomar ninguna acción de otras características”.
El ex canciller indicó que debido a la crisis humanitaria es importante la participación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, “no con un carácter político sino judicial ya que para un caso de estos es mucho más efectiva la Comisión. Tampoco creo que seamos malos vecinos y que por eso fue la votación de la OEA. Si esta situación se hubiera presentado entre Paraguay y Brasil, por ejemplo, la posición nuestra no hubiera sido la de un voto entusiasta porque no se quiere indisponer con ninguno de los dos países”.
Añadió que el gobierno colombiano debe estar listo para recibir a los deportados y no cerrar el diálogo.
Entretanto, Luis Guillermo Patiño, dijo que lo ocurrido en la OEA es otra derrota de la política exterior. “Colombia no va a Unasur porque allí están los mismos miembros de la OEA que votaron en contra y que se abstuvieron. De Unasur no hay nada que esperar”.
Para Ronald Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, el resultado de la reunión en la OEA era predecible. “A Colombia se le olvida que Venezuela en los últimos 16 años desarrolló una política exterior fuerte que le ha permitido ganarse el apoyo de los países”.
El académico destacó que la solución de la crisis se va a dar solo cuando se sienten los dos presidentes y encuentren un camino de diálogo que les permita tomar medidas al respecto