El anuncio significa que al menos 34 senadores —el número requerido por la Constitución— mantendrán un veto presidencial ante la resolución republicana de desaprobar el acuerdo.
Y mientras las mayorías republicanas tanto de la Cámara como del Senado esperan votar en contra del programa, los partidarios del acuerdo multinacional, que tiene como objetivo frenar el programa nuclear de Irán, esperan reunir los 41 votos necesarios para obstruir el proyecto de ley y evitar una votación final en el Senado.
Esa perspectiva no tiene muy contentos a algunos republicanos que creen que el acuerdo histórico merece una votación final.
Casi todos los republicanos han expresado abiertamente que están en contra del acuerdo, diciendo que establece estándares débiles para que los inspectores internacionales puedan monitorear si Irán está cumpliendo con lo establecido y le permitiría construir armas nucleares en algunos años. Pero sólo dos senadores demócratas –Chuck Schumer de Nueva York y Bob Menendez de Nueva Jersey– anunciaron que se oponen.
El acuerdo, que tomó años para que las naciones del P5 + 1 lo negociaran ha sido el objeto de un intenso trabajo de lobby por parte de los oponentes, pero su campaña de miles de millones de dólares falló para hacer muesca en los legisladores demócratas a los que les estaba apuntando.
La votación se espera después de que los legisladores regresen del receso de verano la próxima semana, pero antes del 17 de septiembre, la fecha límite para que el Congreso actúe sobre el tratado.
La administración solo necesita que una de las cámaras sostenga su veto para que el tratado sea aprobado. Los demócratas están confiados en que tendrán suficientes votos en sus toldas para sostener el veto.