A las 9 de la mañana inició la santa misa en honor a la Virgen del Valle, quien fue adornada con un vestido blanco hecho con hilos de oro, su tradicional corona dorada y miles de flores rosadas a su alrededor.
El oriente celebra hoy el día de la Virgen del Valle, una tradición cultural en Nueva Esparta donde convergen personas de todos los estados del país para reivindicar la fe en la patrona de oriente.
Viajar a Nueva Esparta en septiembre se vuelto una tradición. Tan es así, que este año se espera la asistencia de alrededor de 75.000 personas entre residentes y visitantes a la Basílica y el campo eucarístico donde se llevará a cabo el acto central, ambos en el municipio García de la entidad.
La imagen de la Virgen acompaña al pueblo oriental en su cotidianidad: en la jornada laboral, en las entradas de negocios y hospitales, en las más humildes ventas de empanadas o en las busetas de pasajeros. Todos alguna vez le han pedido un milagro o están por pedirlo, desde aquel 8 de septiembre de 1911, hace 104 años, cuando el Papa San Pío X ordenó la coronación canónica de quien es venerada como la Patrona de Oriente.
Cerca de su pueblo
Fue un 8 de septiembre de 1995 cuando el Papa Juan Pablo II la declaró Basílica Menor Nuestra Señora del Valle, y a partir de aquel momento las fiestas adquirieron una mayor importancia. Esta celebración inicia con “la bajada”, acto en que la imagen es descendida de su podio para estar más cerca de su pueblo.
Pero lo que hoy es un templo neogótico era apenas una pequeña ermita comandada por el Presbítero Joaquín Rivas. En 1894 comenzó la construcción del nuevo santuario con apenas ocho mil bolívares, bajo la obra del ingeniero Carlos Monagas.
Describen los textos de historia que las maderas necesarias para el techo, las puertas y los vidrios de olores para las ventanas fueron traídos de Trinidad. Pasaron los años nunca se detuvieron los trabajos de edificación. En 1901 se edificó el Bautisterio; en 1902 el hermoso púlpito y después de un incendio de la sacristía se reedificó en 1906, para luego iniciar los trabajos de la Casa Parroquial.
Curiosamente, el hogar de la patrona de Oriente no siempre fue esta iglesia.
Siglos antes, los españoles habían fundado en la isla de Cubagua la ciudad de Nueva Cádiz, la cual se desarrolló rápidamente gracias a la extracción de perlas. Pero un 25 de diciembre de 1541, un huracán arrasó toda la ciudad, incluso con la Iglesia de Santiago que guardaba la imagen de la Virgen del Valle, que fue rescatada por los pobladores y llevada a la isla de Margarita.
Así es la historia de la Virgen del Valle. Una aventura llena de hechos significativos que cada año aumentan su vigencia y su manto protector a todos los sectores de la población venezolana.
Reina de los Mares
La protección que brinda la Virgen del Valle es extensa y cubre no sólo a civiles sino a militares, pues fue declarada Patrona de la Armada de Venezuela por el Papa Juan Pablo II el 16 de marzo de 1981, motivo por el cual cada año se envía una representación para tener presencia en las festividades.
Desde el pasado viernes, alrededor de 500 oficiales y 10 buques se encuentran en la isla de Margarita para honrar a su patrona, y este lunes 7 se produjo la tradicional misa de la Armada, a bordo del buque Kariña, el cual zarpó desde playa Valdez hasta el Morro Blanco, donde se realizó una ofrenda marina.
Para este martes se prevé que los asistentes al campo eucarístico podrán apreciar la unión cívico-militar convocada por la llamada Reina de los Mares y en horas de la tarde se desarrollará el tradicional acto con múltiples fuegos artificiales lanzados desde embarcaciones de la Armada en Pampatar, municipio Maneiro.
Cantar y creer
Y tan bello como el fervor religioso que materializa milagros o la costumbre de viajar en familia a Margarita para peregrinar por la Reina de los Mares es la tradición cultural que rodea las festividades y que ha dado al país tantas obras musicales nacidas del talento de creadores como Jesús “Chu” Ávila, José Elías “Chelías” Villarroel, Francisco “Chico” Mata o el incansable Alberto “Beto” Valderrama.
Es la música que suena en cada rincón de Nueva Esparta, sobre todo en septiembre. Son los sonidos que este año también animan las festividades en cada municipio neoespartano como el más sentido homenaje a esta creencia.