Al principio, todo fue bien. El globo alcanzó una altura de unos 30.000 metros, voló durante una hora y 38 minutos pero, a la hora de aterrizar, aparecieron los problemas. En lugar de tomar tierra en el sitio esperado, el aparato aterrizó en sitio desconocido, reseñó La Vanguardia en su portal.
Evidentemente, el grupo de amigos pensó que su experimento no había funcionado. Sin embargo, dos años después una mujer que trabaja para una compañía estadounidense de telecomunicaciones, encontró el dispositivo y localizó a sus dueños. Estos han podido apreciar al fin las increíbles imágenes captadas por su cámara hace ya dos años.