El cantante mexicano Alejandro Fernández agradeció la “nueva oportunidad” que le dio la vida, pues la semana pasada sufrió un accidente automovilístico, al dirigirse al público que asistió en Las Vegas al concierto en el que dio el tradicional “grito” de independencia de su país.
“Este concierto lo voy a dedicar primero que todo a Dios, porque me ha regalado de nuevo la vida”, aseguró el cantante, de 44 años.
Desde hace varios años el hijo menor del Vicente Fernández, la leyenda de la ranchera, es el invitado especial a cargo de “El grito de Independencia de México”, durante una ya tradicional semana en la que la ciudad de Las Vegas (Nevada) celebra la fiesta patria mexicana con un gran repertorio de cantantes iberoamericanos.
Con un lleno total en el auditorio del complejo hotelero Mandalay Bay, el “Potrillo de México” deleitó hasta la madrugada a un público al que pidió como “condición” que le ayudara con las canciones.
“Como entenderán no puedo estar mucho tiempo parado, ni de un lado para otro”, dijo Fernández antes de empezar una tanda de tres canciones sentado y a unísono con el público.
Fernández, no obstante, ofreció un repertorio de boleros y rancheras, recorrió una y otra vez el escenario, bailó y, en realidad, sólo un par de veces usó el bastón.
“¡Que viva México señores!”, gritó el cantante ondeando la bandera mexicana ante miles de compatriotas vestidos con camisetas verdes, blancas y rojas.
“No hay como un mariachi para celebrar la independencia; y también unos tequilas”, dijo tras cantar la ranchera “México lindo y querido”.
Además de Fernández, esta semana Las Vegas ha sido escenario de los mexicanos Luis Miguel, Juan Gabriel, Marco Antonio Solís, Pepe Aguilar y Alejandra Guzmán. EFE