“Perdonadme si soy un poco feminista”, bromeó el papa Francisco al saludar a un grupo de jóvenes consagrados, para elogiar especialmente el trabajo de las mujeres.
“Tengo que agradecer el testimonio de las mujeres consagradas”, volvió a bromear el pontífice al recibir a 5.000 jóvenes consagrados en el Aula Pablo VI del Vaticano.
De las mujeres elogió “que tienen siempre ganas de estar en primera línea debido a que “son madres” y sienten “esa maternidad de la Iglesia que las hace ser siempre cercanas”.
Francisco ayer también criticó los “muchos lugares comunes, a veces incluso ofensivos, sobre la mujer tentadora que inspira el mal”.
Aseguró entonces que “hay espacio para una teología de la mujer que esté a la altura de esta bendición de Dios”.
El papa escuchó algunas preguntas de los presentes y después en un discurso improvisado les aseguró que “uno de los pecados” más frecuentes en la vida comunitaria es la incapacidad de perdonar.
En su discurso, Francisco también advirtió de que “evangelizar no es lo mismo que hacer proselitismo”, pues la Iglesia católica “no es una asociación de fútbol que busca socios, pues evangelizar no es sólo convencer sino testimoniar que Jesús está vivo”.
EFE