El presidente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela, Carlos Alberto González, explicó que los bajos salarios, los altos precios y la falta de financiamiento hacen imposible a una familia de clase media adquirir una vivienda
El titular de la CIV, señaló que tanto el sector público como el privado no han escapado del impacto de los niveles de inflación. “Los precios de los inmuebles han aumentado dramáticamente principalmente por efecto de la inflación, pero también por el efecto pernicioso de la escasez”.
Precisó que, debido a la inflación, una persona que gane salario mínimo en Venezuela tiene que ahorrar 166 años para cubrir el costo de una vivienda de 15 millones de bolívares. “Comparado con otros países esa cifra se reduce a 20 años. Es un problema de empobrecimiento general de la población y no lo podemos solucionar los inmobiliarios”.
En entrevista a Unión Radio, González precisó que otro problema es que no hay financiamiento para la clase media, además hay un control de precios que impide desarrollar nuevos proyectos. “Esto produce escasez y los precios los ponen las personas que trabajan en el mercado secundario, quienes tienen una vivienda y quieren venderla”.
Precisó que la CIV siempre se ha opuesto a la tendencia que ha surgido en los mercados de vender las propiedades en dólares, no obstante, explicó que las personas quieren proteger su patrimonio familiar y desean que el valor de su vivienda se ajuste a los precios del mercado.
Explicó que pese a que una referencia de los costos de los inmuebles del mercado es la cotización de dólar, pero “el mercado no se ha multiplicado por tres” como sucede en el mercado negro.