El papa Francisco llegó a Holguín, uno de los centros más antiguos del cristianismo en Cuba y célebre por su emblemática cruz de cinco metros construida en 1790 en lo alto de una colina.
Desde “la Loma de la Cruz”, en la Plaza de la Revolución Calixto García Íñiguez, el Sumo Pontífice ofició una misa en la que resaltó el “esfuerzo y sacrificio” de la Iglesia Católica para llevar su mensaje a todos los rincones de Cuba, donde escasean los curas y los templos.
“Sé con qué esfuerzo y sacrificio la Iglesia en Cuba trabaja para llevar a todos, aun en los sitios más apartados, la presencia de Cristo”, dijo el papa argentino ante la muchedumbre en la segunda misa de su visita a la isla.
“Una mención especial merecen las llamadas ‘casas de misión’, ante la escasez de templos y de sacerdotes, permiten a tantas personas poder tener su espacio de oración, de escucha de la Palabra (de Dios), de catequesis y de vida en comunidad”.
La misa coincidió con la festividad católica de San Mateo, uno de los cuatro evangelistas, lo que Francisco destacó como “la historia de una conversión” al cristianismo.
El avión del pontífice argentino aterrizó hacia las 09H15 locales (13H15 GMT) en el aeropuerto de Holguín, donde fue recibido al pie de la escalerilla por el obispo local, Emilio Aranguren y el número dos del gobierno cubano, Miguel Díaz-Canel, mientras una muchedumbre gritaba “Francisco amigo, Holguín está contigo”.
Fue en una bahía de Holguín donde supuestamente apareció, en 1612, la imagen de la Virgen de la Caridad, hoy patrona de Cuba, cuyo santuario se encuentra la vecina ciudad de Santiago.
Francisco celebró en la mañana una misa al aire libre en la plaza de la Revolución Calixto García, donde se esperó la asistencia de unas 150.000 personas, que desafiaron el sofocante calor del oriente cubano.
La plaza se llenó horas antes de la llegada del pontífice con peregrinos venidos de todo el oriente e incluso del centro de Cuba.
“Vinimos a verlo porque lo queremos mucho por todo lo que ha hecho por la paz y por Cuba”, dijo a la AFP Norales Mendoza, de 45 años, quien trabaja de “custodio” (vigilante) en Guantánamo, en el extremo oriental de la isla, desde donde viajaron cientos de fieles durante nueve horas en autobús hasta Holguín.
“Francisco es el misionero que ahora va para Estados Unidos y quiere unificar a los dos pueblos”, declaró Carlos Berejano, de la pronvicia de Granma, vecina a Holguín.
El papa posteriormente se dirigiró a Santiago de Cuba, el gran puerto del este, conocida en la épica revolucionaria cubana como la “ciudad heroica”, porque Fidel Castro anunció allí públicamente el 1 de enero de 1959 el triunfo de la revolución.
El pontífice llega a Santiago por la tarde para reunirse con los obispos en el santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, muy venerada incluso más allá de los católicos.
El Papa dejará el martes Santiago de Cuba después de una misa final en la Plaza de la Revolución, para dirigirse a Estados Unidos.