El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el jefe de la guerrilla de las FARC, Timoleón Jiménez («Timochenko), se comprometieron este miércoles a firmar en un plazo máximo de seis meses un acuerdo que ponga fin al conflicto armado de medio siglo, luego de sellar un pacto que crea una «jurisdicción especial para la paz».
Este histórico acuerdo sobre justicia -el tema más espinoso y complejo del proceso de paz iniciado en 2012- contempla la creación de un tribunal especial y juicios y penas de cárcel para responsables de crímenes de lesa humanidad, toma de rehenes, ejecuciones extrajudiciales y violencia sexual, pero amnistía para delitos políticos.
Quienes reconozcan su responsabilidad en crímenes y cooperen con la justicia tendrán penas de entre cinco y ocho años con beneficios carcelarios, mientras que quienes no lo hagan y sean declarados culpables se enfrentarán a hasta 20 años en una prisión común, según el documento firmado por los jefes negociadores de ambas partes, Humberto de la Calle (gobierno) e Iván Márquez (guerrilla).
Quienes lo reconozcan tardíamente pierden beneficios carcelarios, pero también son pasibles de penas de entre cinco y ocho años, según el documento, divulgado en una ceremonia en presencia de Santos, Timochenko y del presidente cubano Raúl Castro, cuyo país es sede de los diálogos de paz.
Ambas partes se comprometieron a cerrar un acuerdo definitivo en un plazo de seis meses, antes del 23 de marzo de 2016. «No va a ser una tarea fácil, porque faltan muchos puntos difíciles por acordar», admitió Santos.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) comenzarán a desarmarse 60 días después de la firma del acuerdo para convertirse en movimiento político.
El pacto sobre justicia «sin duda generará ambiente propicio para avanzar sobre convenios en la restante temática de la agenda» de paz, declaró Timochenko.
El jefe guerrillero destacó que el nuevo sistema de justicia fue diseñado «para todos los involucrados en el conflicto (….) y no solo para una de las partes» y «abre posibilidades de ofrecer verdad detallada» sobre el conflicto, que ha dejado 220.000 muertos y seis millones de desplazados.
Primer encuentro entre Santos y líder de FARC
Este fue el primer encuentro frente a frente entre el presidente Santos y el jefe de las FARC.
«Estamos ahora más cerca de lograr la paz que tanto anhela y merece el hermano pueblo colombiano. La paz en Colombia no solo es posible, es indispensable», dijo Raúl Castro, en la ceremonia en que diplomáticos de Noruega y Cuba -países garantes del proceso de paz- leyeron el texto del acuerdo sobre justicia.
El tema de reparación de las víctimas del conflicto, que incluye el capítulo sobre justicia, fue objeto de largas negociaciones y reuniones con víctimas, y hasta hace pocas semanas parecía imposible que las partes lograran un consenso.
Los diplomáticos Dag Nylander (Noruega) y Rodolfo Benítez (Cuba) leyeron el acuerdo en La Habana, en presencia de las delegaciones negociadoras y diplomáticos de Chile y Venezuela, países acompañantes del proceso.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, felicitó a Colombia por el acuerdo. «Felicidades Colombia…La Paz con Justicia se anuncia…desde la Patria de Bolívar y Chávez todo nuestro apoyo…», escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.
México también celebró un compromiso «que permite avanzar de manera firme hacia la conclusión del proceso de paz», según un comunicado de su cancillería.
Fiscalía suspende imputaciones a cúpula de FARC
Pero algunas voces no se mostraron tan optimistas respecto al acuerdo suscrito.
Noruega, que consideró el compromiso como «extremadamente positivo», opinó que el camino hacia la paz sigue siendo «difícil». «No todo el mundo desea un acuerdo de paz en Colombia», avisó el jefe de la diplomacia noruega, Børge Brende, en el canal de televisión TV2.
El expresidente colombiano Álvaro Uribe, actual senador y férreo opositor a los diálogos con las FARC, cuestionó, por su parte, que el gobierno aplique «idénticos mecanismos de justicia a terroristas y a las fuerzas armadas que han sido respetuosas de la democracia y no sustentadoras de dictaduras como en otros países».
«Que el guerrillero raso no sea llevado a la cárcel es aceptable, pero concederle esta indulgencia al cabecilla responsable de atrocidades es mal ejemplo, promotor de nuevas violencias», denunció Uribe en un acto público en Bogotá.
«No acordamos un sistema extrajudicial, todo lo contrario, acordamos una jurisdicción especial para la paz», afirmó, por su parte, Santos.
La Fiscalía de Colombia anunció el miércoles la suspensión de las imputaciones contra miembros de la cúpula de las FARC por «graves violaciones de los derechos humanos», tras el acuerdo de justicia alcanzado en Cuba, informó el fiscal general Eduardo Montealegre.
Las anteriores conversaciones de paz entre Bogotá y las FARC, a comienzos de los años 2000, fracasaron.
Desde julio rige en Colombia una tregua unilateral de las FARC y Santos ordenó suspender los bombardeos a posiciones rebeldes.
Ambas partes ya habían cerrado acuerdos sobre la reforma rural (mayo 2013), la participación política (noviembre de 2013) y el narcotráfico (mayo 2014). Crearon, además, una Comisión de la Verdad en abril, y firmaron un programa de desminado en mayo.
AFP