En su tercer día en Estados Unidos, el papa Francisco cubrió una extensa agenda en Nueva York, que inició en la Organización de Naciones Unidas, posteriormente estuvo en un acto en honor a las víctimas del atentado terrorista del 11 de septiembre de 2011 en la llamada “Zona O”, luego hizo una multitudinaria procesión por Central Park, se trasladó a una escuela en Harlem y cerró el día con una misa en el Madison Square Garden
El papa Francisco declaró el viernes que el medio ambiente tiene derechos y que el hombre no tiene autoridad para abusar de ellos, al decir a los gobiernos del mundo en la ONU que deben tomar medidas urgentes para detener la destrucción de la Tierra causada por el «afán egoísta e ilimitado de poder y de bienestar material».
Francisco, que espera estimular los compromisos concretos en las próximas negociaciones climáticas en París, subió al estrado ante un centenar de dignatarios para acusar a los países ricos del mundo de arrasar el planeta y empobrecer a los débiles y desfavorecidos.
También afirmó que los pobres tienen derechos inalienables a la educación, la vivienda, el trabajo y la tierra.
El discurso de Francisco, el quinto de un papa ante la ONU, fue un destilado de su encíclica reciente sobre el cambio climático, que ha ganado elogios de los ambientalistas y el desdén de los intereses empresarios.
Al dar vida al documento ante la ONU, el pontífice delineó claramente sus prioridades.
Con el discurso dio inicio a una agenda ajetreada en Nueva York que unía a los poderosos y los pobres, desde la solemnidad de la zona cero, donde se alzaban las Torres Gemelas de Nueva York destruidas por los ataques del 11 de septiembre de 2001, hasta las carencias de East Harlem, el barrio latino de Manhattan.
Homenajes a víctimas del 11 de septiembre
Realizó un recorrido lento a lo largo del Central Park, encuentros con niños de East Harlem e inmigrantes y una misa para 18.000 personas en la arena Madison Square Garden.
En la zona cero Francisco rindió homenaje a las víctimas de los ataques del 11/Sep, con una oración en silencio ante los espejos de agua donde antes se alzaban las torres.
Colocó una rosa blanca en el borde de los espejos, donde están inscritos los nombres de 3.000 víctimas de los ataques y se reunió con algunos de sus familiares.
Francisco fue recibido en la ONU por el secretario general Ban Ki-moon, con quien comparte su ideario ambientalista. Al presentarlo, Ban destacó el liderazgo moral de Francisco.
«Usted se encuentra cómodo, no en los palacios sino entre los pobres; no entre los famosos sino entre los olvidados; no en los retratos oficiales sino en las `selfies’ con los jóvenes», dijo Ban.
Bandera del Vaticano
Por primera vez se izó la bandera del Vaticano. La Asamblea General votó recientemente que dos estados observadores, la Santa Sede y Palestina, pueden izar sus banderas junto a las de los 193 estados miembros.
Ante una sala atestada, Francisco dijo que «los cristianos, junto con las otras religiones monoteístas, creemos que el universo proviene de una decisión de amor del Creador… no puede abusar de ella y mucho menos está autorizado a destruirla. Para todas las creencias religiosas, el ambiente es un bien fundamental», manifestó, acotando que hay «límites éticos que la acción humana debe reconocer y respetar».
El pontífice dijo que los pobres del mundo deben tener acceso inmediato a alimentos, agua y vivienda además de la libertad religiosa.
Arrancó aplausos cuando dijo que la ONU y los organismos financieros internacionales deben ser reformados para dar más voz a los países pobres.
De esta manera, dijo, estos países no estarán sujetos a la «sumisión asfixiante (…) a sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia».
Francisco, por otro lado, pidió por un «absoluto respeto de la vida en todas sus etapas y dimensiones» reiterando el rechazo de la Iglesia al aborto y distinguió entre el hombre y la mujer, de acuerdo con lo que describió como una «ley moral inscrita en la propia naturaleza humana». De este modo insistió en la oposición de la Iglesia a la noción de que la gente puede cambiar de sexo.
Y reiteró su denuncia de la «colonización ideológica» del mundo en desarrollo, en referencia a cómo se imponen las ideas occidentales sobre la anticoncepción y los derechos gay a los países pobres como condición para darles ayuda.
Su exhortación a lograr un mundo libre de armas nucleares fue aplaudida por la asamblea e incluso por el canciller iraní Mohammad Javad Zarif.
El papa elogió el acuerdo nuclear con Irán, pero deploró los conflictos en otros lugares, en particular aquellos en que se ataca a los cristianos y las minorías religiosas.
La gira por Estados Unidos finalizará el fin de semana en Filadelfia, donde el papa hablará frente al Independence Hall y celebrará misa en el bulevar Benjamin Franklin para poner fin a un encuentro mundial de familias.
AP