La realidad obliga a los mandatarios a estrechar sus manos, dejar sus diferencias a un lado y trabajar por el bienestar colectivo en un mundo convulso.
Los últimos acontecimientos demuestran que las sociedades tienen necesidad de experimentar cambios importantes. A veces apuntados hacia el progreso, otras en lamentable retroceso.
América Latina es un ejemplo palpable de ello con un historial de antecedentes que han impedido orientarse hacia un verdadero desarrollo integral donde sobresalen más los temas geopolíticos y estratégicos, que los económicos.
La economía de nuestros países sigue siendo, con sus contadas excepciones, un problema creciente. La pobreza de nuestros pueblos es la gran deuda social de los Estados.
La lucha por la sobrevivencia no es un tema de la agenda. Es una acción de estricto cumplimiento.
Lo que sí está en la ruta son las diatribas y controversias entre nuestros pueblos, la mayoría de ellas heredadas. Recientemente la diplomacia tuvo que rebuscar su regla de oro para producir un diálogo necesario entre los mandatarios de Colombia y Venezuela, quienes irrespetaron su condición de vecinos, de socios comerciales y de hermanos para profundizar la llamada guerra de micrófonos.
Hubo que recurrir a la intermediación para dirimir un problema fronterizo que en condiciones civilizadas no necesitaba de nadie sino de la voluntad de los involucrados.
Sin pasar a analizar las razones de esta grieta diplomática entre Colombia y Venezuela, ya es hora de normalizar estas relaciones en aras de la sobrevivencia de los ciudadanos y del bienestar colectivo. Le tocará a Colombia poner orden a su desorden y a Venezuela justificar que estas medidas para algunos extremas, valieron la pena y que lejos del efectismo hay una intención sincera de impedir que el contrabando de extracción y la injerencia del paramilitarismo que conduce a nuestro maltratado signo monetario. Y por supuesto, mirar hacia el ombligo.
Los hechos, las consecuencias, los resultados y los estados de excepción los dejaremos para la imaginación de los cientos de miles de mánagers de tribuna y opinadores de oficio en las tertulias cotidianas.
Sin que diera tiempo a asimilar los resultados de su cumbre con Maduro, de la cual muchos dicen que salió perdiendo, a Santos le esperaba otra cita difícil, reunirse en La Habana con un acérrimo adversario, el líder de las FARC, Timoleón Jiménez, alias ‘Timochenko’ pero con un objetivo mucho más esperado el vecino país, la firma de una preacuerdo para acordar la esquiva paz que ya lleva más de cinco décadas de demora.
De nuevo un Santos con cara de pocos amigos y sin poder usar un pañuelo le dio la mano a Timochenko, esta vez con Raúl Castro quien ha resultado todo un buen oficiante y recientemente santificado por la visita del Sumo Pontífice a suelo antillano.
Será hasta marzo de 2016 cuando se materialice el acuerdo de paz en Colombia. Ojalá que en todo este tiempo no surjan indeseados inconvenientes que nos impidan ver a las Farc deponiendo sus armas y a los acusados de delitos de lesa humanidad tras las rejas, aunque con una pena menor
En el medio de estas dos reuniones, el Papa Francisco fue a suelo cubano.
Bergoglio es un hombre que en líneas generales goza de nuestra mejor ponderación, sin embargo pensamos que le faltó contundencia para hablar claro y no entre líneas a lo que queda del régimen cubano que tanta afrenta ha hecho a los derechos humanos.
En su tiempo Juan Pablo II fue más contundente.
Francisco dijo que desconocía que la disidencia cubana quería hablar con él.
Quizás pensó que estaba en Disneyworld, donde todo es fantasía.
Al final de cuentas el Vaticano es un Estado y Bergoglio es un político.
De cualquier manera queda su égida, su liderazgo y su acción de al menos facilitar que se restablecieran las relaciones entre USA y Cuba y que finalmente Obama y Castro se dieran un apretón de manos que lució más sincero que el de Maduro y Santos; y el éste con Timochenko
La provocación
de Guyana
Mientras uno escribe de estos entendimientos tan razonables entre seres humanos, en Guyana David Granger sigue disparando y provocando al gobierno venezolano dejando a un lado al buen oficiante para ir a instancias internacionales tomando como ejemplo lo que acaba de ocurrir entre Chile y Bolivia.
Así van las cosas en un mundo convulso que exhibe al otro lado del mundo el deplorable panorama de cientos de miles de sirios huyendo de su país a causa de un absurdo conflicto donde confluye la política, el fanatismo religioso y los intereses geoestratégicos.
Hablar de más 320 mil personas muertas en Siria es algo espeluznante.
Nada mejor para cerrar esta entrega dominical que una estrofa de una célebre canción de Roberto Carlos.
“Yo quisiera ser civilizado como los animales”.
Los números
de Keller
El reciente estudio de esta encuestadora revela que los ciudadanos están preocupados por la crisis económica, social y política del país.
También indican que la popularidad de Maduro ha caído a 24%, es decir ha perdido el apoyo de más de 5 millones de personas. Cabello también baja de un 37% a 19% de aceptación.
Con relación al 6D apunta que la tendencia al voto de la oposición ha escalado un 48% frente a un 23% del oficialismo, con 11% de independientes y 15% de indecisos. He ahí el detalle.
Por supuesto que estos números son una visión general. Nos gustaría conocer que arrojan estos estudios si son focalizados en los llamados “circuitos clave” donde realmente se definirá la mayoría de la próxima AN.
ARENA Y CAL
*** ASÍ ESTARÁ de malo el panorama del Psuv en Margarita que el gobernador Mata Figueroa sacó a su esposa del circuito que ganó en las internas y la protegió en la lista. Lo mismo ocurrió con Dante Rivas.
*** TUY. Los conductores de las unidades del Sitssa-Tuy que cubre ruta en diferentes municipios tuyeros en asistencia al ferrocarril de Charallave denuncian que constantemente son víctimas del hampa sin que las autoridades den respuesta oportuna.
*** OÍDO en el estanque. El gobierno ha mandado hacer un riguroso análisis para tomar la decisión de aumentar ‘sustancialmente’ los sueldos y salarios buscando cambiar la matriz del voto protesta. “Hay que hacer algo”, dicen, “pero las elecciones no las podemos perder”.
*** EL PROBLEMA es que un aumento con estas características propiciaría el camino para una hiperinflación con un sinnúmero de pequeñas empresas obligadas a bajar las santamarías. Se exploran también otras alternativas efectistas
La página de Jairo Cuba
Jairo Cuba
Twitter: @jaircuba