La esterilización femenina histeroscópica, que consiste en implantar el dispositivo Essure para bloquear las trompas de Falopio, presenta riesgos de complicaciones que suponen un “problema de seguridad grave”, según un estudio publicado por el British Medical Journal.
Un equipo de investigadores realizó entre 2005 y 2013 un amplio estudio en el estado de Nueva York en el que analizaron datos de 8.048 mujeres que se habían sometido a una esterilización histeroscópica y de 44.278 que sufrieron esterilización laparoscópica -quirúrgica-.
La esterilización laparoscópica ha sido el método principal de las últimas décadas y consiste en un procedimiento quirúrgico a base de clips, suturas o quemaduras de las trompas de Falopio para evitar el embarazo.
Mientras que la esterilización histeroscópica se desarrolló recientemente y consiste en implantar el dispositivo Essure -una especie de muelle- mediante un procedimiento que no requiere anestesia general o cirugía.
El Essure fue aprobado en Europa en 2001 y en Estados Unidos en 2002, pero desde su aprobación, la Agencia de Fármacos y Alimentos (FDA) estadounidense ha recibido “miles de quejas”, según señala la publicación.
Debido al aumento de quejas, se puso en marcha el primer estudio para comparar el rendimiento y la seguridad de estas dos formas de esterilización y se analizaron los embarazos no deseados y la necesidad de reintervención en los tres años siguientes al procedimiento inicial.
Los investigadores comprobaron que las mujeres que habían utilizado el sistema de esterilización histeroscópica presentaban un riesgo de reintervención 10 veces mayor -es decir 21 reoperaciones adicionales por cada 1.000 pacientes- que el de aquellas que fueron intervenidas con laparoscopia.
También tenían ocho veces más probabilidades de sufrir una reoperación a los dos años y seis veces más a los tres años, precisa el estudio.
En cuanto al riesgo de embarazo no deseado, es comparable con ambos procedimientos, aunque en el caso del Essure la tasa se situó en uno de cada 100 casos, una cifra superior a la registrada en estudios anteriores.
La conclusión de los expertos es que los “beneficios y los riesgos de ambos procedimientos se deben discutir con los pacientes para tomar decisiones informadas”. EFE